El Gobierno analiza usar parte del dinero proveniente de los Derechos Especiales de Giro (DEG) ante la necesidad de abonar planes de apoyo en el caso de que haya que aplicar restricciones por la segunda ola de coronavirus.
p>Los DEG están habilitados desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) entre fin de este mes y comienzos de junio, con lo que el Gobierno debería ese dinero autorizado para contabilizarlo dentro de las reservas del Banco Central.Por otra parte, el Gobierno no piensa recrear los Programas de Asistencia y Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), eventualmente y para casos de sectores puntuales en crisis rediseñaría los Repro II, pero sí se tiene en mente un nuevo pago del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). A esto se le puede sumar algún plan extraordinario de créditos directos y direccionados, como los recientemente lanzados por el Anses.
El problema que tiene la administración nacional es que no hay partidas importantes que figuren en el Presupuesto aprobado por el Congreso para el 2021 para poder reactivar los planes de ayuda y sostenimiento de la economía, con lo cual el dinero para destinar a estos sólo pueden provenir de dos vías: endeudamiento o emisión, pero esto no es algo posible si quieren que el plan de Martín Guzmán de estabilización y sustentabilidad tenga éxito.
En tanto, se sabe que la estrategia del ministro de Economía para este año se basa en un estricto mecano financiero y fiscal que no puede alterarse, especialmente en la búsqueda de una reducción de los dos problemas que identifica el funcionario como los grandes hombres de la economía doméstica: el déficit fiscal y la inflación.
Ante el complicado escenario financiero del país, el FMI podría salir al rescate con los DEG que la propia Kristalina Georgieva anunció hace 10 días, cuando confirmó que el organismo habilitará unos u $ s650.000 millones que serán exclusivamente a los países en desarrollo que tengan su cuota al día con el organismo. Como Argentina cumple con la condición de hacer sus liquidaciones mensuales, y como al país le correspondencias unos 0,7% por sus acciones en el directorio del FMI, en total le correspondencias unos 4.354 millones de dólares.
Guzmán quería destinar este dinero para reforzar las reservas, como para enfrentar eventuales turbulencias, y garantizar un segundo semestre cambiario tranquilo. Para esto había elaborado una estrategia de liberar los pagos con el Club de París de mayo y los dos vencimientos de septiembre y diciembre con el FMI, las tres obligaciones financieras en divisas que deben enfrentar Argentina este año. De estos, si se lograra un acuerdo con el Club de París y con el Fondo después de octubre, sólo sería prioritario pagarle el primer vencimiento a este organismo por unos u $ s1.800 millones. Si esto sucediera así, quedarían de los DEG unos u $ s2.500 millones liberados para ser utilizados para el financiamiento de un nuevo IFE.
Ese programa tuvo un costo máximo a noviembre de 2020 por unos 265.000 millones de pesos, equivalentes a 0,8% del PBI; en ese momento unos 2.500 / 2.600 millones de dólares. En el Gobierno se hacen cálculos y sería el mismo monto que lo que quedaría disponible de las DEG, luego del eventual pago de septiembre. Sin embargo la situación sería ahora mucho más holgada, ya que ese cálculo de los DEG a noviembre del año pasado, incluye las peores etapas de la cuarentena completa del segundo y tercer trimestre del 2020, situación a la que no debería llegarse este año. El primer cálculo mental del oficialismo habla de sólo u $ s1.000 a 1.500 millones, con lo que Guzmán aún debería otro tanto para robustecer reservas, pero ese sería el límite de economía y no habrá ningún tipo de posibilidad de utilizar dinero de ese giro especial para la campaña. Fuente: visionpolitica.info, 0221.com.ar