Los números impactan. Son oficiales. Están registrados en las planillas de los ministerios de Salud y Seguridad de la provincia de Buenos Aires. Desde que comenzó la pandemia de coronavirus, y hasta el día de ayer, se infectaron 15.196 policías bonaerenses. Esto es más del 10% de los 94.000 efectivos. Se contagian, en promedio, 151 por día. Cuarenta de ellos fallecieron a causas de la enfermedad.
p>Según los datos reflejados en los partes médicos elevados al ministro Daniel Gollán, y que diariamente es elabora su par Sergio Berni, 13.579 uniformados ya fueron reincorporados al servicio. En este momento hay 1.577 agentes con “coronavirus activos”, es decir que están aislados cursando la enfermedad internados o en sus domicilios. Otros 883 fueron “aislados de manera preventiva”. A eso hay que sumarles otros 392 por “contactos estrechos”. Esto hace un total de 1.275 numerarios aislados.Según comunicaron desde el ministerio de Seguridad bonaerense, de los 94.000 mil efectivos que integran la mayor fuerza de seguridad del país, en la calle, realizando tareas de prevención, hay unos 40 mil policías.
Sin embargo, no solo ellos son los más expuestos al virus. También lo están los que desarrollan sus tareas dentro de las comisarías que tiene presos alojados en los calabozos.
El año pasado, un importante porcentaje de esos detenidos contrajeron coronavirus, sobre todo por las visitas que recibieron los reclusos. Al ser lugares cerrados, con pésima ventilación y mala higiene, los contagios se volvieron incontrolables.
Por esa razón, este año se tomaron nuevas prevenciones. Entre ellas, la desinfección periódica de celdas y dependencias policiales. También se extremaron las medidas de higiene con las visitas, toma de temperatura, desinfección de manos y distanciamiento social.
Esto evitó, al menos por ahora, la propagación del virus entre los presos y los policías que están en contacto con ellos. La situación generada durante la primera ola derivó en un dato que hasta ahora se desconocía públicamente: se debía destinar a un agente por cada uno de los presos que era derivado a una cama hospitalaria.
Según los datos de la “campaña de vacunación” bonaerense, hasta el martes pasado se había vacunado al 29,8% del personal de la fuerzas de seguridad. Como se aconsejó desde el Ministerio de Salud de la Nación, primero a cargo de Ginés González García y ahora de Carla Vizzotti, primero se inoculó a los de mayor edad y después a los más jóvenes, que por lo general son los que están a cargo de las patrullas.
Una cifra muy baja si se la contrasta con el 96,94% del personal de salud o el 73,88% de las personas mayores de 70 años, siempre según los datos del ministerio de Salud provincial.
En el día de ayer, y frente al avance de la segunda ola de COVID-19, que comienza a notarse de manera preocupante en el porcentaje de ocupación de camas de terapia intensiva, Berni consideró que las restricciones impuestas por el gobierno nacional son insuficientes y planteó como “única solución” tres semanas de “verdadera cuarentena”.
El Ministerio de Salud de la Nación informó este martes 27.001 nuevos contagios detectados, de los cuales la mayoría los sigue concentrando el AMBA.
“Estamos ante las puertas de un colapso sanitario muy importante”, señaló Berni. El funcionario del gobierno de Axel Kicillof se mostró preocupado porque “hoy (por anteayer) no había camas (en el sector privado)” en la Capital Federal y advirtió que “lo que pasa en la Ciudad va a repercutir en el resto del país a partir de la tercera semana”.
Ante una consulta de Infobae, Berni reconoció que las fiestas clandestinas que se desarrollan, sobre todo en el conurbano bonaerense, son “un foco de infección importante”. Y sentenció: “Nadie me saca de la cabeza que muchos policías se contagian cuando va a clausurar esos lugares”. Al respecto, advirtió que desde el inicio de la cuarentena hubo “40 muertes de policías en situación de trabajo”. Fuente: lamovidaplatense.info, infobae.com