p>Nuria Pérez es enfermera de neonatología del hospital Eva Perón de la ciudad tucumana de Santa Lucía. Fue allí, que en 2014 conoció a Zoe, una niña recién nacida, que fue abandonada, y sufría una rara enfermedad cerebral que hacía que su expectativa de vida fuera de solo un año; ante este tremendo panorama no dudo en adoptarla.
“Si va a vivir tan poco mejor que sea con una familia”, pensó Nuria y empezó los trámites para adoptar a la pequeña, quien no solo vivió más de lo previsto sino que lleno de amor a la familia Pérez.
La niña padecía hidranencefalia, una enfermedad que hace que en vez de hemisferios cerebrales, tenga dos bolsas de líquido en el cráneo. Sin embargo, Nuria, quien ya tenía un hijo de 9 años por ese entonces, decidió ayudarla, darle amor y una buena calidad vida: “Si va a vivir una vida tan corta sería bueno que tuviera una mamá, un hermano, abuelos, tíos, primos, una casa, una cama, ropa y juguetes".
"Es claro que tuvimos miedos y más cuando se acercaba la fecha límite. Más allá de que sabíamos que en algún momento iba a suceder, nunca estás preparado para la muerte, y mucho menos la de un hijo”, añade la enfermera.
A pesar de lo malo que era el panorama médico de Zoe, esta pequeña guerrera vivió 4 años más de lo que se estimaba los médicos: “Todavía estamos aprendiendo a vivir sin ella, pero no me arrepiento. Fueron los mejores cinco años de mi vida”, sostuvo la mujer quien publicó una emotiva carta en sus redes sociales para despedir a su hija.
"Te amé desde siempre, quién sabe si de esta vida o de miles antes.
Me diste mucho, más de lo imaginado. Es por eso que sólo quiero decirte gracias mi eterna niña: gracias por dejarme ser tu mamá, gracias por enseñarme todos los días que hay que ir para adelante.
No hay vacío en mi corazón y eso solo te lo debo a vos. Hoy nos dejaste físicamente, pero siempre estarás en mí en todas las situaciones de mi vida.
"Te amé como a nadie, te cuidé como pude", escribió Nuria Pérez, la mujer más buena del mundo.