Las tendencias en los contagios y las muertes por coronavirus por edad han sido claras desde principios de la pandemia: los adultos mayores representan un gran porcentaje de los casos y los fallecidos debido a que pertenecen a un grupo de factor de riesgo. De hecho, una investigación realizada en agosto pasado y publicada en Nature, determinó que por cada 1.000 personas infectadas con el coronavirus que tienen menos de 50 años, casi ninguna morirá. Para las personas de cincuenta y sesenta años, morirán alrededor de cinco, más hombres que mujeres. Luego, el riesgo aumenta abruptamente a medida que se acumulan los años. Por cada 1.000 personas de setenta o más años que están infectadas, morirán alrededor de 116. Estas son las duras estadísticas obtenidas por algunos de los primeros estudios detallados sobre el riesgo de mortalidad por COVID-19.
p>Con los 576 fallecidos informados en las últimas 24 horas, Argentina superó los 75.000 muertos por coronavirus. Hace un año, esa cifra era de 12.668. 365 días después, es cinco veces más. Los decesos por COVID-19 desde el primer fallecimiento de un hombre de 64 años que había regresado de Europa el 7 de marzo del 2020, ubican a nuestro país en la posición 11 en el ranking mundial en cantidad de muertos acumulados sobre una lista de 147 naciones. Aunque si se tiene en cuenta la población, Argentina desciende unos lugares hasta el puesto número 21, con 1.638 muertos por millón de habitantes.Pero quizás lo más preocupante es el ritmo de fallecimientos del último mes. Según el análisis de la Unidad de Datos de Infobae, en lo que va de mayo, el aumento en el promedio de nuevos muertos diarios fue del 25%. El 1 de este mes, los fallecidos cada 24 horas eran 375; esta semana fueron 470. El ritmo de muertes cada 24 horas fue, sin embargo, inferior al crecimiento de nuevos contagios diarios, que alcanzó el 45% en lo que va de este mes.
El pico de la primera ola el año pasado fue el 9 de octubre cuando se notificaron 515 fallecidos en un día. Pero el récord de muertos fue hace apenas una semana, el 18 de mayo, cuando se reportaron 745 en solo un día. La cifra, cuando aún no llegó el invierno y en una semana en la que los contagios arañaron 40.000 en una jornada, encendió todos las alertas en el Gobierno Nacional. La suba en los fallecimientos es interpretada por las autoridades sanitarias como una consecuencia de la escalada de casos a partir de la segunda quincena de abril, ya que desde que el acuerdo de un paciente se agrava y fallece, pasan entre dos y tres semanas.
Según el relevamiento realizado por este medio, mientras que el 85% de los casos acumulados de COVID-19 corresponden a menores de 60 años, el 83% de los fallecidos son mayores de 60, el grupo etario que concentra la mayor cantidad de decesos durante la pandemia. La edad promedio de los fallecidos es 73 años. Los adultos mayores siguen siendo la población vulnerable desde el inicio.
Según el Monitor Público de Vacunación que depende del Ministerio de Salud de la Nación, 6.419.013 personas mayores de 60 años ya recibieron al menos una dosis de la vacuna. Es el 88% de la población que se encuadra en ese rango etario. Sin embargo, hay 860.381 personas que superan esa edad y aún no recibieron ninguna dosis, el 12%.
La franja más comprometida en cuanto a casos graves que pueden derivar en el fallecimiento es la de mayores de 80 años: 32 de cada 100 contagiados de esa edad perdieron la vida, a nivel nacional. Le sigue el grupo comprendido entre 70 y 79 años, en el que fallecieron el 28% de los que contrajeron el virus. Si se analiza el resto de las edades, el 22% de los fallecidos tenía entre 60 y 69 años; 10% entre 50 y 59; 4% entre 40 y 49% y el 4% restante eran menores de 39. En cuanto al sexo, del total de fallecidos en todo el país, el 56% eran hombres, 41% mujeres y, el 3% sin especificar al momento de la carga de los datos.
Una de las características que tienen las personas adultas mayores es la de desarrollar condiciones de salud relacionadas con la edad, por ejemplo diabetes, hipertensión, la enfermedad pulmonar crónica, entre otras. Todas estas, aunque pueden presentarse a cualquier edad, se registran con más frecuencia en la población de 60 años y más. Es por eso que el mayor impacto de la pandemia en los mayores de 60 años: el 83% de los que perdieron la vida por complicaciones derivadas del COVID-19 eran mayores de 60.
En un alerta epidemiológica, la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) indicó que si bien el número de hospitalizaciones, de internaciones en unidades de terapia intensiva (UTI) y de defunciones por COVID-19 eran más altas en adultos mayores y en aquellas personas con comorbilidades, “a nivel global se observa un cambio del perfil de la edad de los casos hospitalizados, y hospitalizados en UTI, con una mayor tasa de hospitalización en población más joven”.
A nivel regional, el alerta de la OPS menciona los casos de Brasil, Chile, Paraguay y Perú en los que se registra “el incremento de severidad en población menor de 60 años”.
Según el informe, en Brasil cuando se compara la tasa de hospitalización más alta ocurrida en 2020 (13 de julio) con la tasa más alta ocurrida en 2021 (10 de marzo) se observa que los menores de 39 años, y los grupos de 40-49 años así como los de 50-59 años duplicaron el valor de las tasas de hospitalización. El mayor incremento porcentual se registró en el grupo de 40-49 años (56%), seguido por los menores de 39 años (5 %) y el grupo de 50-59 años (51%). Entre los adultos mayores de 60 años el incremento fue menor con 32%.
Respecto de las tasas de mortalidad, el informe de OPS señala que en Brasil se observa un incremento desde inicios de diciembre de 2020 en todos los grupos etarios, y que se mantiene la mayor tasa de mortalidad en los adultos mayores en un rango que osciló entre 1,8 por 100.000 habitantes y 142,7 por 100.000 habitantes (marzo 2021). En los menores de 39 años el rango es de 0,0 a 2,9 por 100.000 habitantes; mientras que en el grupo de 40-49 años de 0,2 a 19,4 por 100.000 habitantes en y en el grupo de 50-59 años de 0,3 a 41,6 por 100.000 habitantes.
Sin embargo, al comparar las tasas de mortalidad registradas en diciembre 2020 con las de marzo 2021, se observa que mientras en los adultos mayores se duplicó, en los menores de 39 años y en el grupo de 40-49 años se cuadruplicó mientras que en el grupo de 50-59 años se triplicó.
La situación se replica en Chile, en el que si bien las tasas de ocupación diaria de las camas de UTI muestran que entre abril y diciembre de 2020, a mayor edad, mayor tasa de hospitalización, desde mediados de marzo de 2021 en adelante se observa un cambio en ese patrón. Así el grupo de 50-59 años presentó una tasa mayor que la de los adultos mayores.
Además, en los menores de 49 años la tasa se triplicó con incrementos de 71% y 65% en los menores de 39 años y en el grupo de 40-49 años respectivamente; mientras que en el grupo de 50-59 años la tasa se duplicó. Por otro lado, en el mismo periodo, el grupo de mayores de 60 años presentó un descenso de 8% en la tasa de hospitalización en UTI.
Al comparar las tasas de mortalidad registradas en diciembre 2020 con las tasas registradas en marzo 2021, se observó que todos los grupos etarios las duplicaron y que los mayores incrementos porcentuales se observaron en los grupos de 50-59 años (60%) y en los menores de 39 años (59%).
En Paraguay las tasas de mortalidad de marzo de 2021 son las más altas registradas desde las primeras defunciones ocurridas en ese país, en todos los grupos etarios.
Luego, al comparar las tasas de mortalidad de diciembre 2020 con las tasas de marzo 2021, en Paraguay se observó que los grupos etarios de 50-59 años y de mayores de 60 años las tasas se duplicaron, en tanto que en los menores de 39 años la tasa de mortalidad se triplicó y en el grupo de 40-49 años se quintuplicó.
Finalmente, en Perú al comparar las tasas de mortalidad registradas en diciembre 2020 con las tasas registradas en marzo de 2021, se observó que tanto en los menores de 39 años y en los de 60 y más las tasas se triplicaron con un incremento relativo de 66 y 67% respectivamente. Mientras que los grupos de 40-49 años y de 50-59 años esas tasas se cuadruplicaron e incrementaron en 73% y 77% respectivamente. Fuentes: lamovidaplatense.info e infobae.com