Mientras algunas lanchas hacían de Uber y cargaban a los chicos en los amarres de la Génova, otros llegaban al lugar por el camino a Palo Blanco que se toma apenas uno cruza el viejo puente.
p>Sin distanciamiento, ni barbijos, los jóvenes solo tenían que llevar su vaso, “una nena que esperaba una lancha para que la lleve, le pregunté si iba a la fiesta en el río y me respondió que sí, que iba a ver alcohol y drogas”, contó una fuente a Infoberisso.El lugar elegido por los jóvenes fue un paraje escondido por el Río Santiago, frente al Club de Kayak, “éramos pocos los que estábamos paseando por el canal y el único medio para llamar a Prefectura es la radio, a la que los responsables de esto seguramente están escuchando, y la verdad tuvimos miedo lo que pasa en el río que queda en el río”, contó otro testigo de la fiesta que vio lo sucedido.
Yates carísimos que evidentemente no son de la zona, una organización estudiada y planificada, seguridad en motos de agua y chicas y chicos que en muchos casos no superaban los 18 años, fue el panorama que se observó ayer se presentaron en las aguas locales, con una modalidad que ya existió en El Tigre y que ahora aparece peligrosamente en Berisso.