La ministra Patricia Bullrich ha puesto en marcha una reforma de gran envergadura para la Policía Federal Argentina (PFA), con el objetivo de transformarla en una institución más eficiente y especializada. El plan busca seguir el modelo del "FBI argentino", optimizando estructuras y fortaleciendo la capacidad investigativa.

La reestructuración contempla una reducción de áreas clave, pasando de 11 superintendencias a solo 6, y de 40 direcciones generales a 15. Este ajuste responde a la necesidad de simplificar y agilizar la gestión de la fuerza, lo que permitirá mayor foco en tareas de investigación. criminal, un aspecto central de la reforma.

Además, se implementará un único escalafón jerárquico que eliminará la distinción entre oficiales y suboficiales. Con un sistema jerárquico más simple, desde subayudante hasta comisario general, la PFA buscará fomentar un trabajo más colaborativo y eficiente.

Este cambio no solo responde a una optimización administrativa, sino también a una renovación en la formación y contratación de los agentes. Bullrich subraya que, en el futuro, la fuerza contará con profesionales con títulos universitarios, lo que marca un giro hacia la profesionalización de la seguridad en Argentina.

La reforma apunta a fortalecer la lucha contra el crimen organizado, uno de los mayores desafíos de la actualidad. Si bien esta transformación es un paso positivo hacia la modernización, su éxito dependerá de una implementación efectiva y de la capacidad de la PFA para adaptarse a un contexto de seguridad cada vez más complejo.