A un año del día que le cambió la vida a mucha gente, no sólo en Argentina, sino en el mundo, Primera Página dialogó con una de las personas que tuvo el privilegio de conocer a Diego Armando Maradona.
p>El 25 de noviembre de 2020 fue un día atípico. Por la mañana, las ambulancias recorrieron la propiedad del astro del fútbol, y comenzaron los rumores. Que no había aguantado la operación realizada hacía poco tiempo, que habían ido a asistirlo. De todo se dijo aquel día.Hasta que pasado el mediodía, en aquella jornada soleada distinta a la de hoy, se conoció la noticia que nadie quería confirmar: había muerto el Diego.
"Toda la vida fui fanático de Diego, hace seis años decidí tatuarme todo el brazo", comenzó contando Ricardo "el Pollo" Díaz, un hombre oriundo del barrio 5 de mayo, Ensenada, fanático del Diez. Allí comenzó su travesía: "Así fue que un amigo, Seba Avila, tatuador, empezó con esta locura... mi sueño siempre fue conocerlo, entonces me dice, 'quiero hacerte el gol con la mano en la espalda y de esa manera en algún momento si Diego llega a verlo te va a querer conocer'".
El hincha Xeneize haría todo lo que estuviera a su alcance para dar con su ídolo: "Mi idea era hacer una cadena en redes sociales para que mi tatuaje llegue a Diego y aunque sea lo vea. Por suerte Diego vino a dirigir al lobo, así que cuando me enteré, me hice socio antes que firme, siendo que yo soy de Boca", dijo.
Con pasado en las inferiores de Estudiantes y en la primera C de Defensores de Camabaceres, el Pollo dejó todo de lado y puso el ojo en su objetivo: "En ese entonces en el Lobo tenía un amigo que era el Intendente del predio (Javier) que a penas llegó Diego me llamó y me dijo 'yo te voy a cumplir tu sueño'.
El momento llegó y fueron muchas sensaciones que me pasaron por el cuerpo, de jugar desde chico con mi amigo Chana a ser Maradona a estar yendo a conocerlo juntos".
Pero no fue tan fácil. Conocerlo dependía únicamente del mismo Maradona, ya que él decidía quién podía verlo y quién no. Se quedó a ver la práctica y esperó pacientemente, hasta que lo vio. En ese momento dijo "Diego, para vos" y le mostró el tatuaje. "Me miró, se asombró, sonrió. Fueron los 30 segundos más lindos de mi vida, sacándole una sonrisa, estando al lado del ídolo máximo".
Además, aseguró que le agradeció, y en el momento no tuvo tiempo ni de pensar, hasta que le pidió la foto que quedaría en su memoria para siempre. "Gracias a Dios cumplí mi mayor sueño y homenaje en viada al mayor jugador de la historia", recordó. Fuente: lamovidaplatense.info