Cómo elegir el mejor porongo? Celebremos el mate honrando las mejores tradiciones de nuestra tierra

01-12-2021 - Por Primera Página

El consumo de yerba mate atraviesa a todos los estratos sociales en el país, el 90% de los hogares del país consume la infusión, por lo que se calcula que por cada habitante del territorio se consumen entre 7 y 8 kilos de yerba mate al año. El mate es identidad nacional, pero además tiene grandes propiedades nutricionales.

p>Tomar un mate para las y los argentinos es mucho más que beber una infusión. Por eso, desde 2014, con la sanción de la Ley N° 27.117, cada 30 de noviembre se celebra el Día Nacional del Mate a fin de promover el reconocimiento permanente de nuestras costumbres.

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En principio uno de los argumentos más fuertes de los detractores de la bebida la relaciona a las importantes cantidades de calorías que esta presenta. De hecho, durante el tratamiento de la recientemente aprobada Ley de Promoción de la Alimentación Saludable, se debatió si los paquetes de yerba mate debían o no estar dentro del sistema de octógonos negros por su alto contenido de cafeína.

Uno de los alcances de la ley para promover otros hábitos alimenticios en el país es el etiquetado frontal que alerta sobre los productos que tienen alto contenido de azúcares, grasas, cafeína y otras sustancias nocivas. Pero la yerba mate fue exceptuada ya que la norma excluye a “los alimentos naturales, mínimamente procesados e ingredientes de cocina”.

Según una encuesta del Instituto Nacional de Yerba Mate (INYM), el 76% de la población consume mate por hábito o costumbre. Pero además, nutricionalmente, el mate aporta nutrientes como vitaminas (principalmente del complejo B pero también A y C), que favorecen a que el organismo libere y aproveche la energía que contienen los alimentos.

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Además, contiene minerales como calcio, hierro, magnesio, fósforo, sodio y potasio, que contribuyen al correcto funcionamiento del organismo. Otro de los aportes es su gran cantidad de polifenoles, con un reconocido poder antioxidante que mejora las defensas naturales del organismo y evita el daño celular.

“La yerba mate se la ingiere como una infusión en diferentes momentos del día, el cual se va configurando junto a la ingesta de otros alimentos. Más allá de sus beneficios nutricionales, el acto de consumirlo nos otorga diferentes emociones relacionadas las actividades cotidianas, tales como compañía, tranquilidad, alegría, momentos de compartir con otros”, explicó Laura Sansalone, licenciada en Nutrición (MP 554), del Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires.

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Reconfigurar el hábito tras la pandemia

Con la pandemia, hubo que reconfigurar y adaptar la costumbre tan arraigada de compartir el mate. “Cada uno con su mate, nos cuidamos entre todos”, fue el lema de una campaña que lanzó el año pasado el Instituto Nacional de la Yerba Mate con el fin de concientizar a la población para tomar recaudos frente al coronavirus. El consejo era que el mate cebado fuera consumido de forma individual y los utensilios (mate, bombilla y termo) sean higienizados luego de cada uso.

Un estudio conjunto de la Universidad Autónoma de Entre Ríos y de la Universidad Nacional de Rosario reveló que el hábito de tomar mate continúa y la cantidad de ingestas diarias no varió considerablemente. Sin embargo, sí se registró un cambio fundamental: antes de la pandemia, el 96% de los encuestados compartía el mate con otras personas pero ese porcentaje bajó considerablemente luego de las recomendaciones sanitarias.

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Sansalone aseguró que “todos nos relacionamos con el alimento de manera diferente, nuestra historia, orígenes, tradiciones, entorno, emociones, entre otras, definen y constituyen esa relación. Es así que el hábito se establece, más fundamentalmente en la conducta o comportamiento alimentario, es decir en el ‘lazo’ que creamos con el alimento”.

En ese sentido, Érica Bianquet, licenciada en Nutrición (MP 1282), quien también integra el Colegio bonaerense de Nutricionistas, sostuvo que si el mate está implícito en los hábitos de vida del o la paciente se respeta su consumo, incluyéndolo en el plan de alimentación “porque entendemos cómo impacta en lo social si no hay una patología que la contraindique”.

“Algunas personas optan por tomarlo muy dulce –continuó Bianquet– y el exceso de azúcar trae riesgos como el aumento de la glucemia en sangre y potencial aumento de peso. Por eso durante la consulta, cuando realizamos la anamnesis alimentaria, se aborda el tema de consumo de yerba mate y se evalúa si el paciente trae alguna indicación específica de un gastroenterólogo y en el caso de que no esté contraindicado se respeta el hábito pero se pone énfasis en la manera de endulzar con el propósito de intentar bajar el umbral de dulce que es un hábito aprendido”. Fuentes: lamovidaplatense.com e infocielo.com