El 2024 dejó claro que el modelo híbrido no es solo una preferencia, sino una exigencia ineludible para los trabajadores argentinos. Según un informe de WeWork y Michael Page, el 78% de los encuestados prefiere esta modalidad, destacando su impacto positivo en la salud mental. Esta tendencia, lejos de ser pasajera, se perfila como la norma en el 2025, consolidando el equilibrio entre la interacción presencial y la comodidad del hogar.

La tecnología, por su parte, ha transformado el mercado laboral, impulsado por el auge de la inteligencia artificial (IA). El 90% de los argentinos percibe a la IA como una influencia positiva, mientras que el 78% asegura que ha incrementado su productividad gracias a estas herramientas. Sin embargo, este avance plantea un desafío: las habilidades técnicas ya no son opcionales; son esenciales.

Más allá de la automatización, la inteligencia emocional (IE) se posiciona como una habilidad clave para los líderes del futuro. En un entorno donde las máquinas gestionan tareas repetitivas, la capacidad de resolver conflictos y fortalecer equipos será un diferencial competitivo.

Otro eje que marcará el 2025 es la sostenibilidad. Cada vez más, los argentinos priorizan empresas comprometidas con el medioambiente y prácticas éticas. Iniciativas como las de Lacicla, que promueven la economía circular, muestran cómo la articulación público-privada puede ser un motor de cambio positivo.