Fumar no solo reduce la cantidad de años vividos, sino también la calidad de estos, según un reciente estudio de la University College London (UCL). Cada cigarrillo consumido puede reiniciar 17 minutos de vida a un hombre y 22 a una mujer, cifras alarmantes que superan estimaciones previas.

El impacto del tabaquismo va más allá de simplemente acortar la vida. Según Sarah Jackson, investigadora principal, los fumadores padecen enfermedades crónicas una década antes que los no fumadores. Esto significa que no se pierden los años "insalubres" al final de la vida, sino los años relativamente sanos en la mediana edad.

Lo más preocupante es que no existe un nivel seguro de consumo. Incluso fumar un cigarrillo al día implica un riesgo significativo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Esto desmonta el mito de que "fumar poco" es inofensivo.

Sin embargo, hay esperanza. Abandonar el hábito, aunque sea por períodos cortos, puede marcar una diferencia tangible. Según el estudio, dejar de fumar por una semana puede salvar un día de vida; Mantener la abstinencia hasta agosto podría equivaler a un mes adicional.