El verano 2025 arrancó con un panorama preocupante para la Costa Atlántica. La combinación de un tipo de cambio favorable y la reciente devaluación del real en Brasil hace que las playas brasileñas sean la opción más atractiva para los turistas argentinos. Los costos locales, en cambio, se han disparado al punto de ser inalcanzables para muchas familias.

Un informe de la UADE revela que una semana en Mar del Plata para una familia tipo cuesta $1,5 millones, duplicando el valor del año anterior. Esto equivale al 123% del sueldo promedio neto de un trabajador formal, un gasto que obliga a las familias a ahorrar durante todo el año o financiarse con tarjetas de crédito.

Mientras tanto, en redes sociales abundan los videos de argentinos disfrutando de las playas de Brasil. Con precios más competitivos y una infraestructura atractiva, el país vecino se posiciona nuevamente como un imán para el turismo. Este fenómeno recuerda el récord histórico de 2017, cuando más de 2,6 millones de argentinos cruzaron la frontera para vacacionar.

La Costa Atlántica se enfrenta a un desafío crítico. No se trata solo de precios, sino de repensar su oferta turística para ser competitiva en un contexto económico adverso. Si no se plantean estrategias efectivas, el éxodo turístico hacia Brasil podría convertirse en una constante, debilitando aún más al sector.