Orgasmo cervical: el clímax que te hará temblar de placer
El orgasmo cervical, también conocido como orgasmo cérvico-uterino, se produce mediante la estimulación del cérvix o cuello uterino, ubicado en la parte más profunda de la vagina, donde esta se conecta con el útero. A diferencia de los orgasmos clitorianos o vaginales, este tipo de clímax se caracteriza por una sensación de placer que abarca todo el cuerpo y puede prolongarse durante más tiempo.
Para experimentar este tipo de orgasmo, es esencial una profunda excitación y relajación. La estimulación del cuello uterino suele requerir una penetración más profunda, por lo que ciertas posiciones sexuales pueden facilitar su alcance. La postura conocida como "perrito" o "doggy style" es especialmente recomendada, ya que permite una penetración más intensa y directa al cuello uterino.
Además, es fundamental que la mujer esté muy excitada y lubricada antes de intentar la estimulación cervical. Tomarse el tiempo necesario para los juegos previos y asegurarse de que el deseo sea intenso puede marcar la diferencia entre una experiencia placentera y una incómoda. Algunas mujeres también encuentran útil sincronizar la estimulación cervical con su ciclo menstrual, ya que durante la menstruación el cérvix está más bajo y puede ser más fácil de alcanzar.
Quienes han experimentado el orgasmo cervical describen sensaciones de placer profundo que involucran todo el cuerpo, acompañadas de una intensa relajación emocional. Este tipo de orgasmo no solo enriquece la vida sexual, sino que también puede fortalecer la conexión entre la mente y el cuerpo, promoviendo una mayor conciencia y disfrute de la sexualidad.
Es importante recordar que cada cuerpo es único. La exploración personal y la comunicación abierta con la pareja son clave para descubrir nuevas formas de placer. Si bien el orgasmo cervical puede no ser alcanzable para todas las mujeres, la búsqueda y el conocimiento del propio cuerpo pueden abrir puertas a experiencias sexuales más ricas y satisfactorias.