La provincia de Misiones es, como pocas, un antro de corrupción sin escrúpulos ni controles. Allí, entre Paraguay y Brasil,  se teje desde hace dos décadas y media un modelo de vida muy alejado de las reglas y las leyes argentinas.

Tráfico de mujeres y niños, dos tercios de la provincia en estado de servidumbre permanente al borde de la esclavitud, corrupción económica del Estado en todas las oportunidades posibles y narcotráfico en escala global, aparecen en la primera mirada de la Misiones de Rovira.

Para afuera de la provincia de tierra colorada, la señal a transmitir es que si hay corrupción ocurre en la obra pública y en el aprovechamiento de sus dos principales ejes de producción: la yerba mate y las cataratas del Iguazú. Sin embargo, esas son justamente las pantallas.

El gran negocio de Rovira, a quién le gusta que lo llamane el "Napoleón del Norte", por su mínima estatura física y su capacidad estratégica para construir poder, es manejar la oscuridad de comunicación para esconder sus verdaderos grandes negocios.

Si le puso como nada más de 3 millones de dólares a Milei para su campaña presidencial, no es porque pidió un crédito al banco provincial.

"Ese dinero negro proviene de los negocios sucios que su inescrupulosidad y la triple frontera le permiten", sentenció una aterrada fuente misionera, que llora por mantener su anonimato, y su vida. "Si me descubre Rovira pasando info de acá, me manda a matar", expresó muerto de miedo nuestro informante.

El peaje del sistema de narcotráfico desde países vecinos hacia toda la Argentina a través de Misiones es el verdadero gran negocio turbio de Rovira. Lo maneja él en persona, aunque utiliza algunos pocos laderos para ejecutar los trabajos suciones que aparezcan imprevistamente.

Pero como todo poderoso, no deja agujero sin meter su dedo. Participa como socio mayoritario en cada uno de los juntaderos de plata negra que ofrece el manejo del gobierno provincial. Todos los funcionarios, desde el Gobernador hasta los ministros, subsecretarios y directores reportan a Rovira, política y económicamente.

Lule Menem y Francos en la madriguera

La "información blanca" de esta semana, indica que el Gobierno ha cerrado un acuerdo estratégico con Carlos Rovira, líder político del Frente Renovador de Misiones, quien ha estado conduciendo la provincia durante los últimos  25 años.

Aunque es poco común ver a Rovira en fotografías junto a funcionarios, su reunión del viernes con Guillermo Francos y Eduardo "Lule" Menem generó un gran impacto.

Lule Menem, mano derecha de Karina Milei y encargado del manejo de fondos de la Anses, ha intervenido en la negociación con los gobernadores. Su presencia se ha vuelto relevante tras el fracaso del primer intento de la ley ómnibus negociada por Francos.

Fuentes cercanas a la reunión revelaron que Francos y Rovira mantuvieron una "importante conversación" sobre la situación actual del país, coincidiendo en la necesidad de "elevar la política a un alto nivel" para resolver problemas y superar la crisis.

Francos solicitó a Rovira un análisis de la situación nacional. El líder misionero destacó que su provincia es la única que no está endeudada, manteniendo un equilibrio fiscal durante 20 años gracias a una ley provincial que prohíbe el endeudamiento.

Según los informantes, "Misiones ha logrado el objetivo de equilibrio fiscal que busca la Nación desde hace dos décadas".

Después de su encuentro con Rovira, Francos se reunió con el gobernador Hugo Passalacqua para discutir temas de gestión, y compartió un almuerzo con el intendente Leonardo Stelatto de Posadas y el diputado nacional Daniel Vancsik.

Durante la comida, se abordaron las obras en ejecución que la Nación espera continuar pronto, siempre y cuando Luis Caputo lo permita.

También se trató el tema de los fondos pendientes de Anses, destacando la importancia de la presencia de Lule en el organismo previsional.