Cada elección que hacemos en nuestra dieta influye en nuestra salud de maneras profundas. Patricia Levy, ingeniera en alimentos, destaca la importancia de concebir la alimentación como un acto preventivo, enfocándose en la salud y no solo en la estética. La ciencia respalda esta afirmación y demuestra que la nutrición específica para cada etapa de la vida es fundamental para promover la salud integral.
Desde la concepción hasta la adultez, nuestras necesidades nutricionales cambian. En los primeros mil días de vida, podemos "configurar" una vida saludable mediante la elección adecuada de alimentos. Estos primeros mil días son cruciales para el desarrollo físico, mental y del sistema inmunológico, así como para establecer hábitos alimentarios saludables.
Los alimentos deben ser variados y apetitosos, con énfasis en alimentos ricos en nutrientes, como el yogur, que es un superalimento. Además, los alimentos fermentados, como el yogur, ayudan a mantener una microbiota intestinal saludable, fortaleciendo el sistema inmunológico y mejorando la digestión.
El yogur, en particular, es una fuente esencial de calcio, proteínas de alta calidad, vitaminas y minerales que son beneficiosos para la salud. Los probióticos presentes en el yogur contribuyen a mejorar la digestión, regulan el tránsito intestinal y previenen enfermedades intestinales. También se ha demostrado que el consumo diario de yogur reduce el riesgo de padecer diabetes tipo 2.
La ciencia y la innovación están transformando la industria alimentaria, permitiendo la creación de alimentos más saludables y funcionales. La colaboración público-privada, como la alianza entre el CONICET y Danone, ha dado lugar a productos alimenticios que mejoran la salud y el bienestar de las personas, como los yogures con cepas probióticas desarrolladas por científicos argentinos.
En la actualidad, los consumidores buscan alimentos que promuevan la salud, sean sostenibles y éticos. La transparencia y la trazabilidad son fundamentales en la elección de alimentos. Estas tendencias están impulsando la producción de alimentos de alta densidad nutricional, que son beneficiosos tanto para la salud como para el medio ambiente.
La alimentación saludable es una inversión en el bienestar a lo largo de la vida. Los consumidores están tomando decisiones más conscientes sobre lo que comen, lo que está impulsando un cambio positivo en la industria alimentaria y mejorando la calidad de vida de las personas.