El aloe vera, aclamado desde tiempos de los egipcios como la “planta de la inmortalidad”, sigue siendo un aliado infalible en el cuidado de la piel y la salud.

Su gel, rico en vitaminas A, C y E, polisacáridos y aminoácidos, destaca por sus propiedades cicatrizantes, hidratantes y antienvejecimiento.

Sin embargo, su uso no está exento de advertencias. Aunque el gel fresco puede aliviar quemaduras solares y mejorar la elasticidad de la piel, aplicarlo directamente sin higiene adecuada o en cantidades excesivas puede generar reacciones alérgicas.

Por eso, los expertos recomiendan optar por productos formulados que aprovechen sus beneficios de forma segura.

En el cuidado personal, el aloe vera no es solo una herramienta: es un recordatorio de que lo natural puede ser poderoso, pero siempre debe usarse con criterio. El equilibrio entre conocimiento y prudencia marcará la diferencia en sus resultados.