Infierno en Villa Elisa: quieren sacrificar a 9 perros que ayudan a niños discapacitados
La vida de los nueve perros y la salud física y mental de una familia están en juego. No son cualquier clase de perros: Catty, Dobby, Yiyi, Oso, Osa, Jano, Jana, Emily y Trompa son los principales hacedores en la recuperación de un niño de 8 años con autismo y de una niña de 11 con microcefálea.
Y también son los compañeros de una adolescente de 15 años que sufre trastornos de ansiedad y de pánico, que se dispararon por la agresividad e intolerancia de vecinos de la Torre 4 del complejo conocido como Torres Amarillas de Villa Elisa.
“Venían a patotear o mandaban a la policía con un verso tan exagerado que llegaban en cuatro o en cinco móviles, cuando los chicos gritaban porque se enojaban o no querían tomar un medicamento”, relata el padre de los niños y los perritos.
Se trata de Enzo, Milagros y Bárbara, los hijos del respetado y muy querido periodista, Roberto Anselmino y su esposa Wanda, que ahora enfrentan a la Justicia por una demanda realizada por la administración del consorcio.
La insensible presidenta del ente administrador de la Torre 4 es Eugenia Gomez, quien actúa salvajemente, patrocinada por el Estudio Jurídico Chiesa y Asociados. La demanda se encuentra radicada en el Juzgado Civil y Comercial N° 10 de La Plata, que encabeza la jueza Silvina Cairo.
Anselmino recalcó el "enorme progreso de los chicos, dado que ellos son considerados como parte de la manada. El cariño que los perros les brindan, el calor, la protección y el sentido social en el que se mueven, más la neutralización del estrés clásico en estas patologías, han disparado notables cambios positivos, pero que van a desaparecer si un solo perro se va del hogar multiespecie. Evidentemente hay una discriminación contra los niños discapacitados, lo que es un muy grave delito".
"Casi en todos los departamentos hay perros. Y ladran como todo perro. Es su naturaleza. Los nuestros ladran cuando uno de nosotros se va o llega, o cuando se pelean por celos. Pero ladran menos que los otros perros del edificio", señala el desesperado padre de esta familia en peligro.
"También se quejan de olores nauseabundos, lo que es una falacia, como la mentira de que me vieron entrar con una jaula llena de animales. Usan el método del jerarca nazi Joseph Goebbels: miente... miente que algo quedará”.
"No fue nuestra intención tener nueve perros. Son todos descendientes de Catty y Dobby. A la primera camada, Catty la tuvo en mi cama y entre mis piernas a las 3 de la madrugada, quería que le diera seguridad y la ayudara, porque ninguna perra hace su nido de parto entre las piernas de un humano. Y los chicos vieron nacer a los cachorros, lo que para ellos fue hermoso", recordó entre lágrimas Roberto Anselmino.
"Pudimos dar en adopción a cinco de los ocho cachorros que tuvo. Uno había nacido muerto, asi nos quedaron dos: Emily y Yiyi, que es más bueno que el pan. Pero las veces que quisimos castrar a Catty resultó estar preñada y no se pudo. Dimos en adopción lo que pudimos, pero esta gente parece haber querido que los abandonara", relató Anselmino.
"Los nueve perros, considerados parte de la familia, brindan un vital apoyo emocional, transformador y de protección ante el ambiente de agresividad, que quedó evidenciado cuando un vecino molesto por los gritos de Enzo, porque no quería ir a la escuela, tocó el timbre, Wanda le abrió y él entró de prepo a agredirla físicamente, pero Catty y Dobby se interpusieron", manifestó un Roberto dolido y preocupado.
No hace poco, la esposa del dueño de una famosa casa naturista de Villa Elisa insultó a Anselmino cuando Catty y Dobby se escaparon y "como dos exocet que fueron a impactar contra el gato de planta baja".
La mujer, que habita en el 4to piso, primero dijo que los perros subieron, luego lo desmiente y termina agrediendo: "Hijo de puta... golpeador de mujeres". Ante la grave acusación, Anselmino le pidió explicaciones pero la mujer terminó denunciándolo falsamente por amenazas.
"El deber del juez es averiguar todas las aristas de este caso, porque está en juego el futuro de mis hijos discapacitados, no solo al querer la administración que abandonemos a los perros, sino porque se defecan en la salud de ellos", señaló el infortunado periodista.
"Ya lo demostraron cuando mi hija mayor tuvo mononucleosis y un abogado amigo le rogó que limpien los hongos de las paredes, algo que no hizo. Esta administradora puso en riesgo la vida de mi hija mayor", destacó Anselmino.
Mientras el consorcio dice preocuparse por el pis y la caca de los perros, la jueza Cairo debería investigar y visitar el departamento de la familia Anselmino, para verificar cómo su propiedad privada ha quedado destruida debido a la alarmante falta de mantenimiento de las paredes externas de los edificios del complejo.
Las paredes al exterior están llenas de hongos negros, en partes el revoque que se ha caído. También hay una invasión de cucarachas que los perros se encargan de mantener a raya.
Es producto de una obra mal hecha hace unos años, cuando el consorcio hizo un agujero en el desagüe de la bacha de la cocina para arreglar un caño general, pero nunca lo vinieron a tapar.
A partir de esa vez, el departamento de los Anselmino se llenó de cucarachas. La administradora Eugenia Gómez siempre se negó a ir al hogar de los nueve perros y nunca hizo caso a los reclamos.
Por otra parte, el estudio Chiesa y Asociados, especializado en temas de consorcios, se ha metido en un campo desconocido que involucra tratados internacionales, la Constitución Nacional y leyes que amparan los derechos de niños, discapacitados y animales.
También hay precedentes judiciales en Argentina y en Latinoamérica, donde se establece que los perros son seres sintientes y que son parte (ya no son mascotas) de las que hoy se denominan familias multiespecies.
Además, Anselmino alertó que "la jueza Cairo y el estudio Chiesa tienen la obligación de averiguar si la administradora Gómez está con los papeles en regla, dado que hace demasiado tiempo que debería haber llamado a asamblea para la designación de un nuevo administrador, y a pesar de los numerosos petitorios de vecinos, no lo ha realizado. Por lo tanto, su función en la administración mínimamente debería ser observada".
"A todo esto, se debe destacar el gran sacrificio que realiza Wanda al levantarse a las 5 de la mañana para empezar a limpiar el departamento, algo que realiza durante todo el día hasta volver a acostarse, a pesar de haber sido operada dos veces de neurinoma, sufrir de fibromialgia y tener injerto un neuroestimulador. Eso habla de que Wanda es consciente de la importancia de la manada en la recuperación de sus hijos", sentenció este hombre valiente y sufrido, que lucha contra viento y marea por salvar la unidad de toda su familia.
Es sumamente importante destacar que Wanda también sufre de síndrome de estrés postraumático, que fue diagnosticado demasiado tarde y que está en tratamiento. Ella es una persona hoy normal y esto explotó cuando fue el primer embarazo.
Mientras tanto, ese estrés se mantenía reprimido. La causa del síndrome de estrés postraumático es por un hecho aberrante que ella tuvo que sufrir como víctima cuando tenía 21 años.
Para Wanda, los perros son un bálsamo. Es increíble el cariño que recibe, fundamentalmente de tres de los canes: Cathy, Dobby y Yiyi. Los tres en equipo, siempre se acercan a ella y apoyan sus cabezitas en las cansadas piernas de la mujer.
También, cuando ella se acuesta, los tres canes van y se tiran a su lado, en un gesto de amor irrenunciable, que no solo llena su corazón, sino que cura sus heridas psicológicas, producto del drama que vive diaria y continuamente.
"Realmente, la pérdida de uno o todos los perros por una decisión judicial, haría eclosionar la psiquis de Wanda, que va a tener que luchar toda su vida con esta problemática de salud, que no es deseable para nadie", manifestó Anselmino, aturdido por el dolor.
"Ante la deplorable situación que mi familia está viviendo y que en lo personal me está afectando en todos los aspectos, no ahora, sino desde hace bastante tiempo, fundamentalmente desde que esta administradora se hizo cargo del consorcio, he decidido no presentarme a la audiencia de mediación, dado que Eugenia Gómez es una persona que ha demostrado intolerancia, desprecio, irresponsabilidad, pero lo peor es la discriminación hacia mis hijos discapacitados", dijo Roberto.
"Es un complot entre la administradora y unos muy pocos vecinos, que se refleja en amenazas, agresiones, atentaron contra el auto de la familia pinchando con un punzón una de las gomas, diciendo mentiras y victimándose", aseguró.
"Por lo tanto, reitero que no me voy a presentar a la audiencia de mediación, bajo la premisa de que no se puede dialogar con quien hace del diálogo un monólogo insostenible y, fundamentalmente, si ese monólogo proviene de alguien que no tiene autoridad moral", sentenció Ánselmino.
¿Qué pasará con la salud mental de Enzo, Milagros y Bárbara si tienen que desprenderse de sus hermanos de cuatro patas?
En ese momento crucial, Roberto espera que el juez considere no solo los aspectos legales, sino también la dimensión humana y moral de la situación.
"El juez parece no darse cuenta a qué se enfrenta: me quieren inducir a que los abandone en el campo o la calle, o que directamente los mate", concluyó Roberto Anselmino.
La historia de la familia Anselmino es un recordatorio poderoso del vínculo especial entre los niños y los animales, y de la importancia de proteger este vínculo en nuestra sociedad.