Opinión: La urgente situación de los perros abandonados en Argentina y el rol de los refugios
Me llamo Mario Ulacco, resido en la Zona Norte de Buenos Aires y soy proteccionista, dedicado a la defensa y cuidado de los perros abandonados en nuestras calles. Durante años, he trabajado para concientizar sobre la importancia de brindarles atención, promover la adopción responsable y buscar soluciones sostenibles. Hoy quiero compartir con ustedes por qué es tan importante que todos nos involucremos y cómo juntos podemos marcar la diferencia en la vida de estos animales.
En Argentina, la situación de los perros de la calle se ha convertido en una crisis silenciosa que afecta a miles de animales. El abandono de mascotas sigue en aumento, lo que ha sobrecargado a los refugios de animales, que con escasos recursos y voluntarios hacen lo imposible para darles una vida digna. Sin embargo, estos refugios necesitan cada vez más ayuda para poder continuar con su labor.
Este problema no es solo una cuestión de bienestar animal; tiene profundas implicancias para la salud pública y el bienestar comunitario. Los perros que viven en la calle no solo enfrentan condiciones extremas, como el hambre, el frío y enfermedades, sino que también pueden convertirse en focos de propagación de zoonosis. La solución no puede depender solo de la buena voluntad de los refugios.
Es fundamental que todos tomemos consciencia de la importancia de la castración como medida de control poblacional. La castración, a nivel nacional, debería implementarse como política pública de manera accesible y masiva, lo cual podría reducir significativamente el número de animales en situación de calle.
Además, es necesario empezar a debatir y exigir la creación de hospitales veterinarios públicos. En un país donde el acceso a la salud veterinaria es limitado para muchas familias, la falta de atención adecuada lleva al abandono de mascotas por razones económicas. Un hospital veterinario público brindaría atención accesible a quienes no pueden costearla, reduciendo así el abandono por razones de salud.
Cada día más animales esperan en las calles, víctimas de un sistema que no ha encontrado aún una solución estructural a este problema. Necesitamos políticas públicas que promuevan la castración gratuita y obligatoria, y hospitales veterinarios que garanticen el bienestar de todas las mascotas, sin importar la condición económica de sus dueños. Los perros de la calle y los refugios no pueden esperar más. Es momento de actuar y garantizarles el cuidado que merecen.
Otro aspecto crucial en esta problemática es la adopción responsable en lugar de la compra de perros. En muchos casos, los criaderos ilegales someten a los animales a condiciones deplorables, donde las hembras son explotadas para reproducirse continuamente sin ningún tipo de control ni cuidado adecuado.
Estos criaderos priorizan el lucro por encima del bienestar animal, contribuyendo al sufrimiento de miles de perros. Adoptar, en lugar de comprar, no solo es una forma de darle una segunda oportunidad a un animal abandonado, sino también una manera de combatir el maltrato y la explotación. Al elegir la adopción, podemos marcar una gran diferencia, ayudando a reducir la sobrepoblación y brindando un hogar lleno de amor a quienes más lo necesitan.
Adoptar a un perro rescatado es una experiencia que va más allá de ofrecerles un hogar; es brindarles una segunda oportunidad de vida. Estos animales, que han pasado por situaciones difíciles, suelen demostrar una gratitud inmensa.
Un perro rescatado es, muchas veces, un compañero fiel que te mira con esos ojos llenos de agradecimiento eterno, como si supiera que le has salvado y que, gracias a ti, ahora es parte de una familia. Esa conexión única entre el animal y su adoptante es una de las recompensas más grandes de la adopción. Al abrir tu hogar, también estás abriendo tu corazón a un amor incondicional que te acompañará de por vida.