Ben Affleck vs la inteligencia artificial en el cine: ¿complemento o amenaza?
En un momento en que la inteligencia artificial (IA) está desafiando a diversos sectores, Ben Affleck ofreció una perspectiva reflexiva sobre su papel en el cine.
Durante su participación en la cumbre Delivering Alpha 2024, organizada por CNBC, el actor y director expresó que, si bien la IA puede transformar la producción cinematográfica, no tiene el potencial de reemplazar la creatividad humana. "Las películas serán una de las últimas cosas, si todo se reemplaza, en ser reemplazadas por IA", señaló.
El comentario generó un debate en redes sociales y en el mundo del cine. Muchos coinciden con la visión de Affleck de que la IA puede ser una herramienta útil para reducir costos, especialmente en áreas como los efectos visuales, sin comprometer la esencia creativa del cine. De hecho, el actor destacó cómo la tecnología puede optimizar aspectos técnicos como la colorización de imágenes, lo que permite una producción más eficiente.
Sin embargo, las opiniones se dividen. Mientras que algunos cineastas, como James Cameron, ven con buenos ojos el uso de la IA, otros, como Robert Downey Jr. y James Gunn, temen que pueda poner en peligro el empleo de artistas y técnicos. En este contexto, Affleck propone un enfoque equilibrado: utilizar la IA como complemento para la creatividad, no como sustituto.
La idea de personalizar contenido también fue uno de los puntos controvertidos que Affleck tocó, planteando la posibilidad de que los fanáticos puedan pagar para reescribir episodios de sus series favoritas. Aunque interesante, esta propuesta despierta inquietudes sobre los derechos de autor y el impacto en las narrativas tradicionales del cine.
Si bien la IA ofrece nuevas oportunidades, también plantea preguntas complejas sobre el control de la producción cinematográfica y el papel de las grandes corporaciones. La visión de Affleck refleja una postura intermedia que invita a reflexionar sobre cómo la tecnología puede ser utilizada sin desplazar la creatividad humana. Sin duda, el debate está lejos de resolverse, y dependerá de los actores del sector definir cómo integrar esta herramienta sin sacrificar lo que hace única al cine.