Brasil está siendo azotado por una ola de calor histórica que ha llevado las temperaturas a niveles sin precedentes en varias regiones del país. En Rio de Janeiro, la sensación térmica alcanzó los 62,3 ºC, la mayor en una década, mientras que Sao Paulo experimenta el marzo más caluroso de su historia.
El Sistema Alerta Rio informó que en el oeste de Rio de Janeiro se registró una sensación térmica de 62,3 ºC, marcando un récord desde que se comenzaron a realizar estas mediciones en 2014. Esta cifra superó los 55 ºC en varias zonas de la ciudad, generando preocupación entre la población y llevando a las autoridades a emitir advertencias sobre las altas temperaturas.
En Sao Paulo, la situación no es diferente. El sábado se alcanzó una temperatura máxima de 34,7 °C, la más alta del año y la mayor registrada para un mes de marzo desde 1943. El domingo, las temperaturas apenas descendieron, manteniendo a la ciudad bajo un intenso calor que llevó a los residentes a buscar alivio en parques y plazas.
Las altas temperaturas han generado un aumento en la demanda de energía eléctrica, con un récord de 102.478 megavatios registrados el viernes pasado, principalmente debido al uso generalizado de aires acondicionados y ventiladores para hacer frente al calor sofocante. A pesar de ello, el 92,5 % de esta demanda fue cubierta por fuentes renovables.
Mientras tanto, en el sur de Brasil, las lluvias extremas están causando estragos, con localidades en el estado de Rio Grande do Sul experimentando volúmenes excepcionalmente altos de precipitaciones, alcanzando hasta 300 milímetros en algunas áreas. Esta situación ha provocado inundaciones y ha generado preocupación entre las autoridades locales.
Expertos atribuyen estos fenómenos climáticos extremos al cambio climático y al fenómeno de El Niño, que han exacerbado las temperaturas y la inestabilidad meteorológica en la región. Con un aumento de las temperaturas globales en comparación con el siglo XIX, se esperan más eventos climáticos extremos, como inundaciones, sequías y olas de calor.
En medio de esta situación climática crítica, Brasil enfrenta el desafío de garantizar el suministro de energía y la seguridad de sus ciudadanos mientras se adapta a las condiciones climáticas cada vez más extremas.
Fuente: infobae.com