El guionista original y el director pidieron, en distintos momentos y con actitudes que rozaron la hostilidad, que sus nombres fueran eliminados de los créditos. El productor creó un equipo fantasma que filmó escenas de sexo explícito sin que el director lo supiera. Entre estos tres protagonistas—director, guionista y productor—se cruzaron acusaciones públicas y múltiples demandas judiciales. Varios de los actores, afectados por sus adicciones, pasaron un rodaje tortuoso, y desde que comenzó a filmarse hasta que se estrenó la película transcurrieron casi cuatro años. El presupuesto original se multiplicó por cinco, y la película fue censurada en numerosos países, incluida su versión en el recién nacido formato VHS. A pesar de todo, "Calígula" resultó un éxito impensado, recaudando decenas de millones de dólares y convirtiéndose en la película independiente más taquillera de su tiempo.
Con escenas de sexo explícito, orgías tumultuosas y un elenco de actores de renombre, la película dejó una huella imborrable en la cultura de principios de los 80. Bob Guccione, el productor detrás del proyecto y fundador de la revista Penthouse, quería llevar al cine una historia diferente, y lo logró a su manera, desafiando los límites del cine erótico y el cine comercial.
Las tensiones durante el rodaje fueron constantes, y el caos se apoderó de la producción, con el director Tinto Brass y el guionista Gore Vidal enfrentados públicamente. A pesar de todos los problemas, la película recaudó cifras astronómicas y se convirtió en un fenómeno cultural. Con el paso de los años, "Calígula" resurgió con una nueva versión, "Calígula: The Ultimate Cut", que eliminó las escenas explícitas añadidas por Guccione y recuperó la visión original de Brass y Vidal, mostrando una película completamente inédita.
Lo que comenzó como un proyecto caótico terminó siendo una obra única e inimitable, que sigue fascinando al público y dejando una marca en la historia del cine.