Las temperaturas globales alcanzaron un máximo histórico el lunes, resaltando los riesgos de las crecientes emisiones de carbono causadas por la quema de combustibles fósiles. Con una temperatura promedio mundial de 17 °C, ligeramente por encima del récord anterior de 16,9 °C en agosto de 2016, se evidencian las condiciones extremas del verano de 2023 en el hemisferio norte.
Los expertos advierten que este récord no debe celebrarse, sino que representa una sentencia de muerte para las personas y los ecosistemas. Además, señalan que la situación empeorará debido al fenómeno meteorológico de El Niño, que se espera que rompa más récords este año.
El calor extremo de este verano ya ha puesto en riesgo a millones de personas en todo el mundo. China ha experimentado su última ola de calor extrema menos de dos semanas después de que las temperaturas batieran récords en Beijing. En India, el calor extremo ha causado muertes en algunas de las regiones más pobres del país. Mientras tanto, Texas y el norte de México han sufrido un peligroso domo de calor, y el Reino Unido ha enfrentado el mes de junio más caluroso registrado en su historia.
En otro sentido, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) oficialmente ha declarado el fenómeno de El Niño. Después de siete años, se han detectado las condiciones en el océano Pacífico tropical que probablemente causarán un aumento de las temperaturas y alteraciones meteorológicas durante este año.
Estos eventos extremos y el récord de temperatura global resaltan la urgencia de tomar medidas para reducir las emisiones de carbono y abordar la crisis climática. El cambio climático está afectando cada vez más nuestro planeta y exige una acción inmediata y colectiva para proteger nuestro futuro y el de las generaciones venideras.