La Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicó un informe revelador que destaca la relación entre las olas de calor en el hemisferio norte y el calentamiento global provocado por actividades humanas. Expertos advierten sobre las proyecciones para futuros veranos en la parte inferior del ecuador.

Durante julio, se registraron temperaturas asombrosas en diferentes partes del mundo: 52,2 °C en Xinjiang, China; una sensación térmica de 66,7 °C en Irán debido al calor y la humedad; el mar Mediterráneo superó los 28 °C; y dos satélites midieron 80,8 °C en el desierto de Sonora, Estados Unidos. Estas condiciones marcaron julio como el mes más caluroso registrado en la historia.

Las consecuencias de estas altas temperaturas han sido devastadoras, causando incendios forestales y la evacuación de miles de personas en la Isla de Rodas, Grecia, y generando múltiples problemas tanto para el ecosistema como para las poblaciones humanas afectadas.

En Argentina, a pesar de estar en invierno, La Plata ha experimentado temperaturas que superan los 22 °C, valores más propios de la primavera temprana.

Carlos Zotelo, licenciado en Ciencias de la Atmósfera del Centro de Recursos Naturales Renovables de la Zona Semiárida (CERZOS) del CONICET, advierte que los modelos meteorológicos indican que, al menos hasta diciembre, se esperan temperaturas por encima de lo normal en la región.

Esto lleva a la posibilidad de una primavera más cálida de lo habitual, similar a lo experimentado el año anterior.

El verano pasado, Argentina enfrentó ocho olas de calor que causaron emergencias agropecuarias y una severa sequía que afectó el 3% del PBI del país, es decir, unos 19 mil millones de dólares.

Los expertos predicen un escenario similar para el cierre de este año, con temperaturas por encima de lo normal, un inicio del verano anticipado y una prolongación de la temporada cálida.