Cristina Kirchner está convencida: el momento de la autocrítica en el peronismo ya pasó. Para ella, la derrota electoral es agua bajo el puente y no tiene sentido seguir cavando en lo que ya quedó atrás. En un país tan agitado como Argentina, con una política que cambia día a día, es hora de enfocarse en el futuro.

Han pasado cuatro meses desde que Javier Milei asumió la presidencia y casi cinco meses desde la derrota en el balotaje, pero varios dirigentes peronistas siguen buscando explicaciones. Algunos culpan a la crisis económica, otros a las divisiones internas del gobierno de Alberto Fernández, y hay quienes ven un hartazgo hacia el kirchnerismo que no tiene vuelta atrás.

Para Cristina, es hora de dejar atrás esos debates. Pasa la mayor parte de su tiempo en el Instituto Patria, reuniéndose con dirigentes para plantear una nueva línea de acción. Cree que el peronismo necesita una mirada más propositiva en este contexto, donde Milei lleva adelante un fuerte plan de ajuste pero cuenta con un importante respaldo popular.

Desde mediados de febrero, cuando publicó un extenso documento criticando al gobierno de Milei, Cristina ha insistido, sobre todo en reuniones privadas, en la necesidad de comenzar a discutir una nueva agenda política y construir alianzas en el Congreso para contrarrestar el ajuste libertario.

Quiere una agenda que incluya reformas tributarias, laborales y en el sistema de salud. Un nuevo enfoque que actualice los temas que impactan en la sociedad y sobre los que el peronismo debe posicionarse de manera más flexible y menos ideológica.

El nuevo objetivo inmediato es derribar el DNU. Para ello, buscarán aliados en distintos sectores de la oposición dialoguista. En Córdoba, por ejemplo, ya han anunciado que no apoyarán el decreto de desregulación económica. Cristina quiere mostrar al peronismo como una fuerza capaz de negociar y tejer alianzas inesperadas.

"Ya es hora de dejar de analizar lo que pasó. Seguir mirando hacia atrás no ayuda a construir el futuro. El peronismo debe mirar hacia adelante", señaló un dirigente importante del núcleo K. En el kirchnerismo creen que es hora de dejar de buscar culpables y concentrarse en el futuro.

Cristina quiere que el peronismo esté más enfocado en la agenda política y económica que en la autocrítica interna. Cree que la clase media está sufriendo las medidas del gobierno y que es necesario defenderla con más fuerza, especialmente después del aumento de las prepagas criticado por Milei y el ministro de Economía.

En el Instituto Patria también apuntaron contra Milei por citar datos falsos sobre precios, lo que fue utilizado para respaldar su política económica. Cristina espera que el peronismo no solo critique, sino que también cuestione con argumentos sólidos.

A pesar de la propuesta de dar por terminada la autocrítica, en el kirchnerismo reconocen que la interna política no puede repetirse. No quieren más peleas internas, sino un peronismo unido y mirando hacia el futuro.

Cristina sigue en diálogo con las distintas facciones del peronismo. Mantiene una buena relación con Axel Kicillof, quien la asesora en temas económicos, y habla seguido con Sergio Massa. A pesar de las diferencias estratégicas, el peronismo sigue unido bajo el techo opositor.

Fuente: infobae.com