Las ciruelas, con su rica paleta de colores y sabor único, son mucho más que una simple fruta de temporada. Desde aliviar el estreñimiento hasta fortalecer los huesos, su impacto en la salud es considerable y respaldado tanto por la ciencia como por la tradición.

Con su alto contenido en fibra, las ciruelas, especialmente las pasas, son conocidas por mejorar el tránsito intestinal y combatir el estreñimiento. Estudio tras estudio confirma su efectividad, convirtiéndolas en una opción natural para regular la digestión. La cantidad recomendada de 6 a 10 ciruelas pasas al día podría ser la solución que muchos buscan para mantener un sistema digestivo sano.

No solo cuidan el intestino, sino que también ofrecen beneficios para la salud ósea. Investigaciones indican que las ciruelas pasas ayudan a prevenir la pérdida ósea y la osteoporosis, siendo una excelente fuente de antioxidantes y minerales como el potasio y la vitamina K. Esto las convierte en un recurso clave para las mujeres postmenopáusicas, con potencial para reducir el riesgo de fracturas óseas.

Además, su contenido de antioxidantes, como los flavonoides, protege el corazón y combate la inflamación, mejorando la circulación sanguínea. Su capacidad para regular el azúcar en la sangre y su bajo índice glucémico las hace ideales para personas con diabetes tipo 2, favoreciendo el control de los niveles de glucosa.

Pero los beneficios de las ciruelas no terminan allí: también son aliadas de la piel y el cabello, gracias a su riqueza en vitaminas A y E, fundamentales para una piel más joven y saludable. Con su poder depurativo y diurético, esta fruta también favorece la eliminación de líquidos y contribuye a la salud renal.