Atravesar una depresión no sólo es un camino arduo, sino que en muchos casos también puede prolongarse durante un largo tiempo. Según los especialistas, en ese trayecto es fundamental contar con la ayuda de profesionales de la salud desde las primeras señales, para llegar a un diagnóstico temprano y poder acceder a un tratamiento adecuado. Pero, más allá de eso, hay otro factor que marca una diferencia clave en el pronóstico de los adultos, chicas y chicos que atraviesan este padecimiento de salud mental: el acompañamiento sostenido y contenedor de familiares, amigos y otros vínculos significativos. “Las redes de contención son sumamente importantes, por eso la respuesta terapéutica también tiene que contemplarlas, más allá de la persona que está deprimida”, resume Silvia Ongini, psiquiatra infantojuvenil del Departamento de Pediatría del Hospital de Clínicas.
En esa línea, los profesionales advierten que acompañar a alguien que está atravesando una depresión puede ser sumamente estresante y requiere de herramientas adecuadas. Estas herramientas deben ser certeras para no profundizar el cuadro, y también para que, quien acompaña, no vea afectada su salud psicológica y emocional. Ongini sostiene que es clave no perder de vista que quien acompaña no es omnipotente ni es un profesional, por lo que es esperable que sufra un desgaste. “Muchas veces, el que está acompañando se desgasta y se deprime. Lo más frecuente es que se ponga irritable, se enoje y estalle al querer sacar al otro de la depresión, y termine hundiéndolo más. Los dos se terminan ahogando”, analiza la especialista.
Para prevenir estas situaciones, es recomendable tener en cuenta las siguientes pautas: