Crisis de la yerba mate: caída en el consumo interno y aumento de importaciones impactan al sector
En los primeros nueve meses de 2024, el consumo interno de yerba mate en Argentina experimentó una alarmante caída del 8,8% interanual, alcanzando las 193,4 mil toneladas, el nivel más bajo en casi una década.
Según el informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), este descenso refleja una de las consecuencias más claras de la pérdida del poder adquisitivo de los argentinos. A ello se suma una desaceleración en las exportaciones, que también registraron una baja significativa del 16,4% interanual.
El panorama es aún más complejo si se observa el contexto económico del país, que ha llevado a un desajuste entre la oferta y la demanda.
La cosecha récord de yerba mate ha provocado un notable aumento en las existencias de los secaderos, lo que se traduce en una sobreoferta frente a una demanda que no alcanza a cubrirla. Este desequilibrio afecta tanto a los productores como a los industriales del sector.
Uno de los aspectos más preocupantes es la relación entre el precio al productor y el precio en góndola. Según CEPA, el productor solo recibe el 5,7% del precio final, una caída considerable en comparación con años anteriores.
Esta situación refleja no solo la crisis económica del sector, sino también un desajuste estructural en el que los precios de venta en el mercado no favorecen a los actores más vulnerables de la cadena productiva.
A esta crisis interna se le suman las importaciones. Durante 2024, las importaciones de yerba mate provenientes de Paraguay y Brasil aumentaron un 149%, lo que contribuyó a un desajuste aún mayor.
La yerba importada, que ingresa a un costo inferior, genera una competencia desleal con la producción local, afectando aún más a los productores nacionales.