El cerebro, un órgano fundamental del cuerpo humano, participa en todas las actividades de nuestra existencia, desde las funciones cognitivas hasta la regulación de las acciones corporales y las respuestas a estímulos sensoriales. Alteraciones en el cerebro pueden afectar profundamente la vida de una persona, evidenciado por condiciones como pérdida auditiva o dificultades en el habla.

A nivel global, el deterioro del sistema nervioso ha tenido un impacto significativo, con más de 3.400 millones de personas afectadas y 11,1 millones de muertes registradas en 2021. Sin embargo, durante mucho tiempo, el cerebro no fue suficientemente considerado en el ámbito de la salud mental.

La prevención es crucial para mantener un estado óptimo del cerebro, ya que la detección temprana y la gestión efectiva pueden prevenir el deterioro cognitivo y otros trastornos neurológicos.

El cerebro, compuesto por más de 100 billones de células nerviosas, desempeña funciones vitales como la regulación de la temperatura, la presión arterial y la frecuencia cardíaca, así como el procesamiento y la interpretación de la información sensorial. La importancia de cuidar el cerebro es evidente, dado que, a pesar de su pequeño tamaño, consume más del 20% de los recursos energéticos y de oxígeno del cuerpo.

La prevención de enfermedades neurológicas, como el accidente cerebrovascular, la enfermedad de Alzheimer, el Parkinson y otras, ha mostrado avances significativos. Factores como la calidad del aire, el consumo de sustancias tóxicas y el estado de salud general pueden influir en la salud cerebral. Por lo tanto, una dieta equilibrada, ejercicio regular, control del estrés y la salud cardiovascular son esenciales para mantener un cerebro sano.

La WFN destaca cinco postulados:

1. Los trastornos neurológicos pueden prevenirse con detección temprana y manejo efectivo.
2. La educación global sobre la prevención es fundamental.
3. El estatus socioeconómico o la ubicación geográfica no deben ser barreras para la prevención.
4. Profesionales de la salud, investigadores y responsables de políticas son clave en la atención a necesidades neurológicas globales.
5. La salud cerebral debe ser reconocida como un derecho humano fundamental.

Además de las acciones colectivas y globales, las personas pueden tomar medidas individuales para proteger su salud cerebral. Mantener una dieta saludable, realizar actividades cognitivas y físicas, controlar factores de riesgo cardiovascular, gestionar el estrés y mantener la interacción social son pasos importantes para preservar la salud del cerebro.

En palabras del profesor Wolfgang Grisold, presidente de la WFN, “No se trata simplemente de reaccionar; se trata de cultivar activamente una cultura de prevención para las enfermedades neurológicas”. El Día Mundial del Cerebro 2024 busca enfatizar la necesidad de una medicina preventiva que apoye la salud cerebral y reduzca la carga de enfermedades neurológicas en todo el mundo.