La mañana de hoy no fue una más en el CONICET: la lluvia no fue la única tormenta que enfrentaron los trabajadores. Un verdadero operativo policial sembró el desconcierto entre la comunidad científica, obligándolos a formar filas bajo el agua para ver si habían sido despedidos. Hay que ser hijo de pu...
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— Primera Página (@PrimeraPaginaOK) April 3, 2024
Tras el fin de semana largo, la cruda realidad golpeó a miles de trabajadores, quienes, bajo la lluvia, se enteraron de sus cesantías sin siquiera haber recibido una notificación oficial. El despliegue policial fue impresionante: uniformados, de civil, gendarmes, prefectos e incluso agentes de seguridad privada se hicieron presentes en los edificios del Polo Científico. La sombra de la represión gubernamental se cernía sobre ellos.
Los despidos, una cruel realidad, llevaron a los empleados a hacer fila con su DNI en mano, en busca de respuestas sobre su futuro laboral. La lista de dependencias sitiadas por las fuerzas de seguridad era larga: desde el Conicet hasta el Servicio Meteorológico, pasando por oficinas de Desarrollo Social, secretarías de Trabajo y de Derechos Humanos, la Jefatura de Gabinete, el Ministerio de Educación y el Cenard. En todas partes, la escena se repetía: trabajadores angustiados, lágrimas, abrazos y asambleas improvisadas. La incertidumbre y el miedo se apoderaron del ambiente mientras la lluvia caía sobre la ciudad.