En la madrugada de este martes, el santuario del Gauchito Gil ubicado en la esquina de 35 y 133 en La Plata sufrió un ataque devastador que dejó a sus cuidadores consternados y buscando desesperadamente a los dueños de las capillas para iniciar las reparaciones. Mary, responsable del templo, expresó su dolor por el acto de vandalismo que afectó a más de una decena de capillas y dejó esparcidas ofrendas por el suelo.

"Es desgarrador ver lo que hicieron con tanta malicia", lamentó Mary a 0221.com.ar mientras intentaba recoger los restos de las capillas destrozadas. Según María Inés Franco, quien colabora diariamente en el mantenimiento del santuario, los perpetradores parecían determinados y causaron daños significativos, incluso intentando abrir otras capillas que finalmente no lograron vulnerar.

"Hoy por la mañana nos enfrentamos a este desastre. Rompieron varias capillas y dispersaron las ofrendas por el suelo. Cada capilla aquí representa a una persona, y verlas así nos causa un profundo dolor", expresó Luis, quien también colabora activamente en el cuidado del lugar.

El ataque ocurrió en silencio, sin despertar la atención del vecino que duerme todas las noches en el salón contiguo al santuario. "De alguna manera vamos a descubrir quién fue, porque el Gauchito todo lo ve", aseguró Mary, haciendo referencia a la creencia popular en la protección del Gauchito Gil sobre aquellos que lo honran.

Este incidente representa la primera vez que el santuario sufre un ataque tan destructivo, según relataron Mary y Luis. Ahora, están haciendo un llamado urgente a los propietarios de las capillas para que se acerquen y reparen los daños causados. A pesar de las sugerencias de instalar cámaras de seguridad o cerrar el predio con candados, Mary insiste en mantener el santuario siempre accesible para todos, reflejando su convicción en mantenerlo como un lugar abierto y acogedor.

"Este lugar es del Gaucho, y debe estar abierto en todo momento. No prohibimos la entrada a nadie", afirmó Mary con determinación, vestida también de rojo, el color distintivo del culto al Gauchito Gil. "Poner cámaras solo resultaría en que las roben", agregó Luis, reflejando su frustración por el acto de vandalismo.

Entre las capillas destrozadas se encontraba la de un devoto que había prometido honrar al Gauchito si lograba evitar la amputación de su pie. "Es triste ver lo que hicieron con las ofrendas de personas que vinieron aquí buscando consuelo y protección", dijo Mary, señalando los restos de las ofrendas.