El "Wet dog shake" y su potencial terapéutico: nuevas perspectivas en la neurociencia
El comportamiento del "wet dog shake", esa sacudida que realizan los perros para eliminar el agua de su pelaje, ha intrigado a científicos durante años. Sin embargo, un equipo de Harvard ha descubierto recientemente la vía neuronal que lo desencadena, revelando una respuesta sensorial y motora más compleja de lo que se pensaba.
Este fenómeno no responde únicamente al frío, como se había supuesto, sino que está asociado a la presión y el contacto físico de las sustancias sobre la piel. Los investigadores han identificado que los receptores de presión, no los de temperatura, son los que activan esta sacudida. Este hallazgo es crucial para entender cómo el sistema nervioso responde a estímulos mecánicos, lo que podría revolucionar el tratamiento de condiciones como la picazón crónica en humanos.
Además, los científicos han vinculado este mecanismo con el gen Piezo2, responsable de la percepción táctil. Al suprimir este gen en ratones, se observará que no reaccionarán a los estímulos de la misma manera, confirmando su rol en la sacudida. La implicancia clínica de este descubrimiento es significativa: si se confirma que este circuito está involucrado en la picazón crónica, podrían desarrollarse terapias más efectivas y menos invasivas para aliviar este problema sin los efectos secundarios de los tratamientos actuales.
Este estudio no solo amplía nuestro conocimiento sobre las respuestas animales, sino que también abre la puerta a nuevas formas de tratamiento para condiciones humanas, un avance que podría cambiar la forma en que abordamos la neurociencia sensorial.