En un diciembre lleno de luces y festejos, un albañil se convirtió en protagonista de una historia que combina ingenio, audacia y un toque de humanidad. Todo comenzó en mayo, cuando este "artista de la construcción" trabajó en casa de un cliente, dejando huella no solo con su trabajo, sino también con su singular carácter.

Siete meses después, y con las fiestas acercándose, el obrero se sorprendió al enviar un mensaje que destilaba humor y confianza: “Solicito una caja navideña, ya que este año tuvo usted la fortuna de tener en su domicilio al número 1”. Pero no se quedó ahí; con una chispa poética, agregó: “Espero que haya quedado conforme con mi inmejorable arte. No soy albañil, soy un artista. El as de la construcción”.

El albañil que estuvo en casa en mayo me mando un WatsApp para pedirme una caja navideña.
Un artista de la cuchara, un hombre de bien... pic.twitter.com/tvfX5byAvH

— Juan Pablo Maldonado? (@Elpablito78) December 12, 2024

El dueño de la casa, lejos de molestarse, respondió con calidez y admiración: “Sos crack. Te espero con unos vinitos en lugar de la caja navideña. Espero que estés bien, hermano”. Este gesto, convertido en anécdota, llegó a la red social X, donde las palabras del albañil rápidamente se viralizaron.

Comentarios como “El manguero educado me puede” o “Se la merece, su confianza lo dice todo” reflejan el encanto de esta historia, que combina humor y empatía. El empleador, encantado, explicó por qué envió la caja de vinos: “Para mí no es mucho, pero para él es la gloria”.