¿Sabías que el color de los alimentos revela su composición nutricional? Cada tonalidad esconde un tesoro de vitaminas, minerales y antioxidantes que nuestro cuerpo necesita para funcionar correctamente. Sumar variedad de colores a nuestros platos es una forma sencilla y deliciosa de mejorar nuestra salud.

El rojo intenso del tomate, el naranja vibrante de la zanahoria y el morado profundo de las berenjenas son más que atractivos visuales. Estos colores se deben a pigmentos naturales como el licopeno, los carotenoides y las antocianinas, sustancias con poderosas propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.

Los beneficios de una dieta colorida

Incluir una amplia gama de colores en nuestra alimentación nos aporta numerosos beneficios para la salud. Las frutas y verduras son ricas en fibra, lo que favorece la digestión y ayuda a mantener un peso saludable. Además, contribuyen a fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la salud cardiovascular y prevenir enfermedades crónicas como la diabetes y el cáncer.

La Organización Mundial de la Salud recomienda consumir al menos 400 gramos de frutas y verduras al día. Al incorporar diferentes colores a nuestros platos, garantizamos un aporte equilibrado de nutrientes y evitamos carencias nutricionales.

El poder de la naturaleza en tu plato

Las frutas y verduras son verdaderas farmacias naturales. Sus propiedades curativas eran conocidas desde la antigüedad, como lo demuestra la famosa frase de Hipócrates: "Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina sea tu alimento". Al elegir alimentos frescos y de temporada, estamos optando por la mejor opción para nuestra salud y la del planeta.