El Gobierno avanza hacia la dolarización de los pagos: tarjetas de débito en dólares y precios en ambas monedas
A fines de agosto, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció en un programa de streaming que se está avanzando en la emisión de tarjetas de débito en dólares. Esta medida permitiría a los consumidores utilizar los dólares depositados en las cuentas CERA, parte del blanco, para realizar pagos directos en moneda extranjera.
El objetivo es claro: permitir que los dólares disponibles en el sistema se destinen al consumo de productos y servicios, impulsando así la economía interna.
Sin embargo, la implementación de este sistema dependerá de la coordinación entre Economía, el Banco Central y las tarjetas de pago. Para ello, los terminales de pago deben adaptarse a la nueva normativa, con Visa ya lista para incorporar esta tecnología.
Además de la emisión de tarjetas, la Secretaría de Comercio trabaja en modificar la normativa sobre la exhibición de precios. A partir de enero de 2024, los comercios podrán mostrar los precios tanto en pesos como en dólares, sin que uno de ellos sea destacado sobre el otro.
Este cambio afectará principalmente a sectores dolarizados como automóviles, departamentos y bienes raíces, pero no necesariamente a productos de consumo masivo como alimentos.
Desde el Gobierno, se afirma que esta medida buscaría facilitar el uso de los dólares blanqueados, pero se sabe que no está pensada para sectores con baja propensión al uso de dólares, como supermercados. En este sentido, el impacto en los precios podría ser mayor de lo esperado, ya que las cadenas comerciales también podrían optar por facturar en dólares y recibir pagos en esa moneda, acelerando el movimiento de los dólares blanqueados sin necesidad de tarjetas.
Este proceso, aunque parece un paso más hacia la dolarización de la economía, también plantea interrogantes sobre su impacto en la inflación y la estabilidad de los precios en el mercado. Mientras tanto, continúa la implementación de estas medidas, con el objetivo de fortalecer la economía a través de una mayor fluidez del dólar dentro del sistema.