El huevo se ha ganado su lugar como uno de los alimentos más completos en la mesa diaria, destacándose no solo por su alto contenido de proteínas, sino también por aportar una combinación única de nutrientes que respaldan funciones vitales del cuerpo. Con su mezcla de clara y yema, el huevo ofrece un perfil nutricional balanceado que no solo es recomendable para personas de todas las edades, sino que también es clave para quienes desean cuidar su salud cardiovascular, fortalecer sus músculos o mejorar su función cerebral.

La clara y la yema del huevo tienen beneficios específicos, y juntos crean un equilibrio perfecto para una nutrición integral. La clara, con bajo contenido calórico y rica en proteínas, es ideal para quienes buscan desarrollar masa muscular o mantener la saciedad sin añadir grasas a su dieta. Por otro lado, la yema aporta vitaminas esenciales como la A, D, E y K, así como antioxidantes y minerales como el hierro y el zinc, cruciales para la salud cerebral, el sistema inmune y el metabolismo en general.

De hecho, la Comisión Internacional del Huevo (IEC) recomienda el consumo de huevo completo, destacando su capacidad para ofrecer los nueve aminoácidos esenciales que el organismo humano no puede sintetizar por sí mismo. Este superalimento, en su conjunto, ayuda a mejorar el rendimiento físico, contribuye a la reparación de tejidos y fortalece el sistema inmune.

Por mucho tiempo, la yema fue vista con recelo debido a su contenido de grasas, pero los expertos hoy sugieren que evitarla es un error, pues contiene nutrientes que la clara no ofrece. La lecitina, presente en la yema, favorece el funcionamiento del sistema nervioso y la salud del hígado, entre otros beneficios. Además, el consumo de huevo completo permite una mejor absorción de proteínas, un factor clave en el crecimiento y recuperación muscular, especialmente para quienes realizan actividad física.