Estudio de 20 años revela cómo reducir el sedentarismo mejora significativamente el envejecimiento saludable
Basado en el Nurses’ Health Study desde 1992, el trabajo investigó a 45,176 participantes durante dos décadas para entender los riesgos asociados con el sedentarismo y su efecto en el envejecimiento saludable.
Al inicio del estudio, con una edad promedio de 60 años, todos los participantes estaban libres de enfermedades crónicas importantes. Se recopilaron datos demográficos y de comportamiento, como edad, educación, estado civil, ingresos, historial de tabaquismo, consumo de alcohol, salud médica, estado menopáusico y calidad de la dieta.
Los investigadores evaluaron comportamientos sedentarios como ver televisión, trabajar sentados, leer y realizar tareas domésticas, además de actividades físicas moderadas a vigorosas como caminar, correr y hacer ejercicio en grupo, junto con la duración promedio del sueño.
El estudio definió "envejecimiento saludable" como sobrevivir hasta los 70 años manteniendo cuatro dominios de salud: libre de 11 enfermedades crónicas, sin deterioro físico, buena memoria y salud mental. Aquellos que no cumplieron estos criterios o fallecieron durante el estudio fueron clasificados como "envejecimiento habitual".
Se encontró que cada aumento de 2 horas diarias en actividad física ligera (LPA) en el trabajo mejoró un 6% las probabilidades de un envejecimiento saludable, mientras que una hora adicional diaria de actividad física de moderada a vigorosa (MVPA) aumentó estas probabilidades en un 14%. El estudio también utilizó un modelo de sustitución isotemporal para mostrar que reemplazar una hora de televisión por una hora de MVPA aumentaba las probabilidades de envejecimiento saludable en un 28%.
Solo el 11% de los participantes cumplió con pautas como menos de 3 horas diarias de televisión, al menos 3 horas diarias de LPA en el trabajo, al menos 30 minutos diarios de MVPA y la ausencia de sobrepeso u obesidad.
El estudio también destacó la importancia del sueño, encontrando que dormir 7 horas o menos por noche favorecía un envejecimiento saludable si se reemplazaba el tiempo de televisión por sueño. Sin embargo, no se observó el mismo efecto positivo al sustituir actividad física por sueño, resaltando la necesidad de equilibrar ambas actividades.
Los investigadores enfatizaron la importancia de reducir el tiempo sedentario con prácticas como usar escritorios de pie, tomar descansos para caminar o estirarse, y evitar el uso excesivo de dispositivos electrónicos antes de dormir. Estas acciones pueden contrarrestar los efectos negativos del sedentarismo, como la reducción de la sensibilidad a la insulina y los riesgos incrementados de enfermedades.