Guillermo Pereyra, un pilar del sindicalismo petrolero y figura destacada del Movimiento Popular Neuquino (MPN), falleció a los 80 años tras sufrir un ACV en la madrugada del martes. Su muerte se confirmó hace instantes, dejando un profundo vacío en la política y el sindicalismo de la región.
Pereyra fue internado de urgencia en un centro de salud privado de Neuquén capital después de sufrir un accidente cerebrovascular en las primeras horas del día. La noticia fue anunciada oficialmente por el Sindicato de Petroleros Privados, del cual Pereyra fue líder indiscutido desde 1983 hasta 2021, cuando fue sucedido por Marcelo Rucci.
Con profundo dolor informamos del paso a la eternidad de nuestro querido líder, compañero y amigo: Guillermo Pereyra.
— Sindicato de Petroleros Privados (@sindpetroleros) May 28, 2024
Que en paz descanses Guillermo! pic.twitter.com/Q3wzSBr0SZ
A lo largo de su carrera, Pereyra se consolidó como una figura clave en la defensa de los derechos de los trabajadores del sector petrolero. Su liderazgo en el Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Neuquén, Río Negro y La Pampa fue fundamental para fortalecer la representación sindical en una de las industrias más estratégicas del país.
En el ámbito político, Pereyra fue un miembro influyente del Movimiento Popular Neuquino. Ocupó un escaño en el Senado de la Nación representando a Neuquén desde 2013 hasta 2019, período durante el cual se destacó por su trabajo en comisiones relacionadas con la energía y los recursos naturales. Además, su carrera política incluyó un mandato como legislador provincial entre 1995 y 1999 y el cargo de subsecretario de Trabajo de Neuquén bajo la gestión de Jorge Sobisch.
La partida de Pereyra marca el fin de una era para el sindicalismo petrolero y la política neuquina. Su legado, tanto en la lucha por los derechos laborales como en la política provincial y nacional, perdurará en la memoria de quienes lo conocieron y trabajaron junto a él.
El impacto de su fallecimiento se sentirá profundamente en la comunidad neuquina y en todo el sector petrolero, donde su influencia y liderazgo fueron innegables. Pereyra deja atrás un legado de lucha y compromiso con los trabajadores que será difícil de igualar.