En la actualidad, el interés por incluir a terceros en la dinámica amorosa o sexual de una pareja se ha intensificado, impulsado en parte por aplicaciones de citas y redes sociales, aunque no exclusivamente por ellas. Este fenómeno refleja una búsqueda de libertad sexual y una tendencia consumista donde las relaciones se exploran como opciones en un menú.

Las parejas contemporáneas, motivadas por ideales de liberación sexual, exploran la posibilidad de compartir experiencias eróticas con otros. Esta práctica no es nueva; a lo largo de la historia, diversas culturas han experimentado con formas no convencionales de amor y sexualidad, como el poliamor o el intercambio de parejas.

Desde una perspectiva psicoanalítica, entendemos que el deseo de incluir a otros puede surgir de la necesidad de exploración sexual, de renovar la pasión dentro de la pareja establecida, o incluso como una forma de satisfacer fantasías individuales. Los "otros" en estas relaciones pueden aportar diversidad, nuevas experiencias y excitación emocional y física, desafiando la monotonía y rutina que a veces afecta a las relaciones a largo plazo.

Poliamor: ¿la solución o la ruina de la relación? pic.twitter.com/OVQeawyvdV

— LA 100 (@la100fm) September 4, 2019

Sin embargo, este enfoque no está exento de desafíos. La inclusión de terceros puede desencadenar celos, conflictos de exclusión y desilusiones si no se gestionan adecuadamente. A menudo, las normas y acuerdos específicos son necesarios para mitigar estos problemas y establecer límites claros dentro de la relación.