Fue borracho a recuperar su licencia retenida por alcoholemia
Un joven de Bariloche protagonizó un episodio que parece sacado de un guion absurdo: tras perder su licencia por alcoholemia positiva, se presentó a recuperarla bajo los efectos del alcohol. El incidente ocurrió el sábado a las 8 de la mañana, cuando el conductor, con 0,76 gramos de alcohol por litro de sangre, intentó rendir el examen práctico para rehabilitar su permiso.
Lejos de enmendar su error, el joven salió de fiesta la noche anterior y se presentó en condiciones inapropiadas, según informaron las autoridades locales. Los inspectores no solo le impidieron rendir el examen, sino que también le retuvieron un segundo vehículo y prolongaron la suspensión de su licencia.
Este caso expone una problemática que va más allá de las sanciones económicas o administrativas. Aunque las multas ascienden a $1.300.000 en casos de primera infracción y se duplican en casos de reincidencia, el desafío sigue siendo generar un cambio cultural que priorice la vida y la responsabilidad vial.
Que un individuo ignore deliberadamente las consecuencias de manejar alcoholizado refleja una falta de conciencia social que pone en riesgo no solo su vida, sino la de toda la comunidad. Las sanciones son necesarias, pero claramente no suficientes si no vienen acompañadas de educación vial efectiva y un compromiso ciudadano para evitar tragedias en las rutas.