El precio de pactar con el diablo: Milei sepultó a Garro, que dejó 13.500 cuerpos tirados en el cementerio de La Plata
La idoneidad para el manejo del poder no es una virtud de ostentación masiva en Argentina. Se puede lograr mucho de la nada y perderlo en un abrir y cerrar de hocico. La historia reciente ha visto pasar de canillita a campeón y de nuevo al ostracismo, a miles de figuras a las que no les dio la talla. Sobran los ejemplos.
Pero la performance de Julio Garro, rompe con todos los libros. Su recorrido por las avenidas del poder fue digno de un experto, hasta hoy. De presidente de la peña de Boca en La Plata a diputado y de ahí a intendente de la capital de la principalísima provincia del país de la mano de Macri en 2015. Reelecto en 2019 de manera formidable luego de una PASO 11 puntos abajo. Parecía invencible.
Pero 2023 lo devolvió al llano. Perdió con su mentor Julio Alak, uno de los dirigentes más brillantes de la política vernácula nacional. Sin embargo, el inicio de 2024 pareció otorgarle el oxígeno para sobrevivir. Macri le pidió a Milei que nombre de Garro en la subsecretaría de Deportes y le entregó su tesoro más preciado: activar la llegada de las SAD (Sociedades Anónimas Deportivas) al fútbol criollo.
En su afán de mantenerse vivo políticamente, Garro entregó hasta su dignidad para promover la eyaculación privada sobre el delicado caliz de los clubes. La consigna ya estaba entrando, lubricada por la bestialidad antideportiva de una AFA burdamente prostibularia, cuando a Messi, el Dibu y el Fideo se les ocurrió ganar la Copa América, poniendo al apañado Claudio "Chiqui" Tapia por encima del Negro de WhatsApp.
Ese domingo 14 de julio 2024, paradójicamente comenzó a escribirse el triste final de la historia de amor de Julio Garro con el deporte argentino. Al ronco dirigente platense y fanático de Boca, se le ocurrió decir que los jugadores de la selección militaban todos en clubes SAD de Europa.
La AFA le contestó irónica e hiriente, que casi todos las instituciones exitosas que Garro daba por manejadas por empresas, en realidad son administradas 100 por ciento por los socios, poniendo ejemplos contundentes como el Barcelona y el Real Madrid, los dos clubes más poderosos del mundo.
Y para aumentar la humillación al Julio chico de La Plata, la AFA explicó masivamente que cada uno de la totalidad de los futbolistas campeones del mundo y bicampeones continentales, se formó y emergió de clubes manejados por sus socios, en todos los rincones de la Argentina.
Scioli fue a TN y no defraudó. Lo dejó solo a Garro y de paso le tiró un semi de tierra para asegurarse que no vuelva a aparecer... pic.twitter.com/NfiXDo9o6C
— Editor? (@Editor_76) July 18, 2024
Julio Garro amaneció la semana tambaleando, pero nadie pensaba empujarlo. El viaje de egresados a París acompañando a Milei y de la mano de Scioli, aparecía estridente en el horizonte olímpico. La ilusión de Julito era recorrer los mil bares de la ciudad luz amparado en las jugosas mieles "viaticanas" del Estado.
Pero el diablo metió la cola esta mañana de miércoles, cuando se le ocurrió atender el inoportuno llamado de una radio, donde un par de periodistas le pidieron su opinión sobre el cántico racista de los jugadores de la sección nacional contras los "negros franceces".
Era temprano y esos horarios claramente no favorecen a trasnochadores seriales. Lo agarraron dormido y lo durmieron. Garro, más papista que Francisco, quiso matar al Chiqui Tapia haciéndolo responsable del racismo transmitido por el Instagram de Enzo Fernández, pero envalentonado y con aliento etílico, metió la palabra Messi en el medio.
FIN.
De todas las notas que leímos hoy respecto del inesperado infortunio garrista, nos deslumbró la que publicamos a continuación, producto de la pluma brillante a que nos tiene acostumbrados el editorialista del prestigioso portal degremiales.com, que conduce el doctor Leonardo Belastegui.
En 2015, durante sus buenas épocas como intendente de La Plata, Julio Garro tomó la controversial decisión de despedir a más de 8.000 trabajadores municipales, lo que generó una ola de protestas y enfrentamientos con los sindicatos. Entre los casos más impactantes, se recuerda al trabajador que, en un acto desesperado de protesta, se cosió la boca, convirtiéndose en un símbolo de la lucha contra las medidas drásticas de Garro.
Hoy, el panorama es muy diferente para el otrora poderoso intendente. En un triste y humillante desempeño como felpudo del oficialismo, Garro ha sido constantemente pisoteado y desautorizado, perdiendo así gran parte del poder y el respeto que alguna vez ostentó. Su obsecuencia y su reciente enfrentamiento con figuras populares, como Lionel Messi y la selección argentina, solo han agravado su caída en desgracia.
La historia de Julio Garro es un recordatorio de que el poder es efímero y que las acciones del pasado pueden regresar para cobrarse su cuota.
En un giro inesperado de los acontecimientos, el presidente Javier Milei ha decidido destituir a Julio Garro de su puesto como Subsecretario de Deportes de la Nación. Esta decisión surge en el contexto de una creciente controversia relacionada con los cánticos que la Selección Argentina entonó tras su victoria en la Copa América.
La medida se anunció a través de un comunicado oficial emitido por la Oficina del Presidente, acompañada por una foto del equipo campeón. La nota subraya que ningún gobierno tiene la autoridad para dictar cómo debe actuar o qué debe decir la Selección Argentina, enfatizando que el deporte y sus protagonistas deben actuar con libertad.
El conflicto se originó cuando Garro, exintendente de La Plata y figura cercana al PRO, sugirió que Lionel Messi y Claudio "Chiqui" Tapia deberían disculparse por los cánticos en el vestuario, los cuales contenían mensajes que fueron considerados racistas por algunos sectores. Estos cánticos, que se hicieron virales a través de una transmisión en vivo de Enzo Fernández, provocaron una reacción negativa tanto en Francia como en la Federación Francesa de Fútbol.
Garro había expresado en una entrevista radial que los líderes del equipo deberían asumir responsabilidad por lo que él consideró un desliz que podría perjudicar la imagen del país. Sin embargo, esta posición generó un torbellino de críticas, incluyendo una firme oposición por parte de Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel, quienes se alinearon en defensa de los jugadores y de la postura nacional frente a las críticas internacionales.
La controversia también subrayó la tensión interna dentro del gobierno, reflejada en el respaldo de Villarruel hacia los jugadores y en su rechazo a las críticas provenientes de Francia. La vicepresidenta utilizó las redes sociales para manifestar su apoyo a Enzo Fernández y para condenar lo que percibió como un ataque a la soberanía argentina.
La destitución de Garro, quien había ocupado el cargo desde marzo y sustituyó a Ricardo Schlieper, refleja las profundas divisiones sobre cómo manejar la imagen del país en el ámbito internacional y el rol del deporte en estas disputas. Mientras tanto, Milei y Villarruel continúan marcando el rumbo político del gobierno, reafirmando su postura frente a las presiones externas y las polémicas internas.