Mantener a tu gato bien hidratado es esencial en la vida moderna, especialmente considerando las características únicas de estos animales, derivadas de su origen ancestral.
Los gatos provienen de la especie Felis lybica, un felino silvestre del desierto que ha desarrollado una eficiente capacidad para conservar agua en su organismo y concentrar su orina. Esta adaptación les permitía extraer agua de sus presas, en lugar de depender en gran medida de fuentes externas de líquido.
Para los tutores de gatos actuales, esto plantea un desafío en cuanto a garantizar una hidratación adecuada para prevenir problemas de salud como la deshidratación y sus complicaciones. No hay una solución única que funcione para todos los gatos, por lo que es importante considerar factores como el material, la forma y el tamaño de los recipientes de agua.
La ubicación de estos recipientes y si se comparten con otros animales también pueden influir en la cantidad de agua que tu gato consume. Por lo general, a los gatos no les gusta compartir su fuente de agua, especialmente con perros. Además, es recomendable evitar colocar el bebedero o el plato de comida cerca de la bandeja sanitaria, ya que esto puede resultar desagradable para muchos gatos.
Algunas teorías sugieren que los gatos pueden preferir el agua corriente sobre la estancada debido a su visión hipermetrópica. En cuanto a la dieta, la comida húmeda para gatos puede contribuir significativamente a su ingesta diaria de agua si se les alimenta exclusivamente con este tipo de alimento.
Los gatos son expertos en ocultar problemas de salud, lo que hace crucial detectar signos tempranos de deshidratación, como respirar con la boca abierta, encías pegajosas, apatía o depresión. Si observas alguno de estos síntomas, busca atención veterinaria de inmediato para garantizar la salud y el bienestar de tu mascota.