La implementación de herramientas de inteligencia artificial (IA) en la creación de modelos predictivos promete transformar la inocuidad alimentaria, permitiendo a la industria alimentaria revalorizarse significativamente. Según estudios de McKinsey & Company, esta revolución tecnológica podría reducir el desperdicio de alimentos, generando hasta 127 mil millones de dólares anuales para 2030.
El sistema de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP), instaurado desde la época del primer viaje a la luna y fundamental para asegurar la seguridad de los alimentos, sigue vigente en cada eslabón de la cadena de valor. No obstante, 55 años después, la IA está cambiando el enfoque tradicional del control de calidad, que solía ser reactivo y correctivo, hacia un nuevo paradigma predictivo.
"Lo que tradicionalmente requería meses, ahora con herramientas de IA como Chat GPT o AI Studio de Google puede lograrse en cuestión de días", afirma el ingeniero Pablo Barbuto, experto en Calidad e Inocuidad Alimentaria y profesor en la Universidad Nacional de Luján. Barbuto destaca que la capacidad de la IA para reunir y procesar enormes cantidades de datos permite crear un sistema HACCP mucho más eficaz.
El mercado global de IA en alimentos y bebidas, valorado en 9,68 mil millones de dólares, se proyecta que alcanzará los 48,99 mil millones de dólares para 2029, según Mordor Intelligence. Sin embargo, la adopción de estas tecnologías en Argentina aún es baja, lo que subraya la necesidad de profesionalización y capacitación en el sector.
"Entrenar herramientas de IA nos permite pasar del modelo tradicional, que espera un producto terminado para analizar, a obtener datos en tiempo real durante cada etapa del proceso productivo. Esto no solo ahorra tiempo y recursos, sino que también protege al consumidor de manera más eficiente", explica Barbuto.
La transición hacia modelos predictivos es crucial para el ahorro de recursos y el potencial económico que ya se evidencia globalmente. La capacidad de anticipar riesgos y puntos críticos de control mediante una extensa red de datos puede reducir significativamente el desperdicio de alimentos, con un ahorro estimado en 127 mil millones de dólares anuales para 2030.
Además, la automatización de procesos mediante sistemas de control basados en IA puede aumentar la productividad al minimizar tiempos de espera y tareas repetitivas, permitiendo que el talento humano se concentre en tareas clave. "Un sistema de sensores que mide variables como temperatura, presión y flujo en tiempo real puede predecir la calidad e inocuidad de un producto, permitiendo acciones preventivas y evitando la pérdida de lotes enteros de alimentos", ejemplifica Barbuto.
Las proyecciones indican que se podrían generar rendimientos de hasta 150 mil millones de dólares en la etapa de procesamiento de alimentos, gracias a un mayor crecimiento en ventas, productividad y eficiencia operativa. Esta innovación tecnológica no solo transforma la industria alimentaria, sino que también promete beneficios económicos significativos a nivel global.