La calidad del sueño es esencial para mantener una buena salud, pero muchos enfrentan dificultades para conciliarlo y mantenerlo. La pérdida de sueño es un problema generalizado que afecta cada vez más a las personas a medida que envejecen, con causas que van desde la obesidad hasta los trastornos respiratorios del sueño.
La Sociedad Mundial del Sueño (SMS) destaca la importancia de reconocer el sueño como un pilar fundamental de la salud humana. Insta a los responsables de políticas de salud de todo el mundo a promover la educación sobre el sueño y la "salud circadiana", que regula una variedad de funciones corporales.
Según la Asociación Estadounidense de Medicina del Sueño, la cantidad de sueño necesaria varía según la edad, pero los adultos deben apuntar a dormir al menos 7 horas por noche. La falta de sueño puede afectar negativamente el sistema inmunológico, aumentando el riesgo de enfermedades infecciosas, obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
El insomnio es un trastorno común del sueño que puede interferir con la calidad de vida diaria. Quienes lo experimentan a menudo enfrentan dificultades para conciliar el sueño, mantenerse dormidos o disfrutar de un sueño reparador. Esto puede tener efectos negativos en la función cognitiva, el estado de ánimo y la salud en general.