La Confederación General del Trabajo (CGT) enfrenta nuevos desafíos internos después de que Luis Barrionuevo reuniera a sus seguidores para expresar su voz en la disputa entre los sectores dialoguistas y la facción moyanista-kirchnerista. En un almuerzo destacado por críticas hacia la cúpula cegetista por la falta de debate y reuniones, Barrionuevo planteó preocupaciones sobre la crisis financiera en las obras sociales, exigiendo que se aborde en la próxima reunión del Consejo Directivo.
Acompañado por dirigentes como Carlos Acuña y Gerardo Martínez, Barrionuevo enfatizó la necesidad de más acción y menos pasividad frente a los problemas que afectan a los trabajadores. Martínez, conocido por su capacidad de diálogo, mitigó algunas críticas, pero persiste el malestar por la falta de convocatorias y la centralización de decisiones en una mesa reducida.
El almuerzo, que contó con la presencia de aliados como Roberto Fernández y Mario Calegari, abordó también la falta de respuesta del gobierno ante la debacle de las obras sociales, discutiendo incluso la posibilidad de una movilización ante la Superintendencia de Servicios de Salud.
La próxima reunión de la mesa chica de la CGT promete decidir futuros pasos, centrados en resolver la crisis de las obras sociales y enfrentando posibles tensiones con el Gobierno. Los sindicalistas subrayan la dificultad de encontrar interlocutores eficaces, lo que agrava la situación de desfinanciamiento exacerbada durante la gestión anterior.
El desafío de Barrionuevo y sus aliados refleja la continua agitación dentro de la CGT, mientras se preparan para definir estrategias que podrían marcar un nuevo capítulo en la historia del sindicalismo argentino.
Fuente: infobae.com