Desde hace casi una década, la generación de empleo genuino en el sector privado formal ha sido un desafío en Argentina. Según datos de la Secretaría de Trabajo, en julio de 2023, el sector privado registrado tenía 6.206.975 trabajadores, una caída del 2,6% respecto al año anterior.
La contracción del Producto Interno Bruto (PIB) en un 8,9% desde 2015 explica parte de la falta de empleo formal. Menor producción implica que las empresas no requieren aumentar su personal, lo que ha generado una desaceleración en la creación de puestos en este sector.
A pesar del estancamiento en el empleo privado, otras modalidades registradas, como los monotributistas y el empleo público, han crecido. Desde 2015, los monotributistas aumentaron un 47,5%, mientras que el empleo estatal creció en 381.335 personas.
El sector de la construcción perdió un 19,9% de sus empleos desde 2015, siendo el más golpeado. La industria manufacturera también sufrió una baja significativa, con una caída del 7,2%.
El comercio y la pesca lograron un aumento en el empleo, con 86.038 nuevos puestos en el primero y un 12,5% de crecimiento en el segundo. Sin embargo, estas mejoras no compensaron las fuertes bajas en otras ramas de actividad.
Aunque ciertos sectores han mostrado señales de crecimiento, el estancamiento general del empleo privado sigue siendo una preocupación. Las barreras económicas y estructurales continúan limitando el avance sostenido del mercado laboral en el país.
