La emocionante historia de Barbra Streisand, tal vez la mejor cantante de todos los tiempos
Esta mañana, repasando X (ex Twitter), me encontre con una de esas perlitas que la red social de Elon Musk suele ofrecer, para el deleite de los que saben apreciar el arte de la escritura emocional.
La cuenta "Papina @LunaGitana0333", que recomendamos seguir, publicó una descarnada historia sobre la vida personal de Barbra Streisand, una de las cantantes más brillantes de la historia. Pasen y lean...
Una noche, mientras soñaba en su cuarto jugando con una botella de agua caliente cubierta con un suéter, (que le servía de muñeca) Barbra le confesó a su madre que quería ser cantante.
Diana, que era una mujer frustrada por no haber llegado a cantar frente a miles de personas como alguna vez soñó, a pesar de tener una extraordinaria voz mezzo-soprano, quedó mirando a su hija directamente a los ojos para decirle: "Más vale que te cuides las uñas de los dedos para que puedas ser mecanógrafa, porque para cantante no eres bonita".
No hace falta explicar lo que estas palabras pueden significar para una hija que amaba tanto a su madre como Barbra, pero ella no era una niña común y corriente.
En algún momento, cuando se encontraba en la cúspide de su carrera, habló de este pasaje doloroso en su vida, solo para perdonar con mucho cariño a la mujer de la cual heredó su fabulosa y potente voz.
Barbra quedó sin padre a los 15 meses de nacida, pues su progenitor murió por una negligencia médica cuando le sobrevino un ataque epiléptico. Cuando Barbra tenía 7 años de edad, Diana, su madre, eligió por esposo a un ser tenebroso y oscuro, un vendedor de autos usados de nombre Lou Kind.
Este hombre siempre la hizo de lado como padrastro, le gustaba comparar la belleza de la nueva bebé (la hija que tuvo con Diana) y la supuesta fealdad de Barbra.
Hacía hincapié en lo prominente de su nariz, hasta el punto que, en un caluroso día de verano, compró un helado solo para la hermanita menor, nada para Bárbara.
¿La razón que les dio a las niñas?... Ah sí, bueno, que Barbra era muy fea para comer helado.
Me gustaría, desde el fondo de mi corazón, que esta parte de la historia de Barbra Streisand no sea más que una de las muchas leyendas urbanas que circulan en las redes sociales, pero no. Es parte de su libro autobiográfico "My Name is Barbra".
Pero todos conocemos la trayectoria de esta extraordinaria actriz, cantante, compositora, productora de cine y escritora estadounidense, la manera como se ganó al mundo con sus bellas melodías entonadas por una extraordinaria voz y haciendo dúos con los más grandes cantantes cuando se encontraban en lo más alto de sus carreras, como Barry Gibb, Donna Summer, Neil Diamond, entre tantos otros.
Actuó teniendo como galanes enamorados de ella nada más y nada menos que de la talla de Robert Redford y sostuvo romances con los hombres más guapos de Hollywood.
Entre ellos: Ryan O'Neal, Tom Smothers, Warren Beatty, Jon Voight, Omar Sharif, Don Johnson, Steve McQueen, Kris Kristofferson, Peter Jennings y Richard Baskin, entre otros.
En su libro, Barbra perdona a su madre repetidamente, y hasta cuenta el pasaje de cómo un día grabaron juntas un video donde cantaban a dúo. Este video lo hizo público en un concierto, frente a esa muchedumbre ella expresó la siguiente frase:
"Ya ves mamá, se cumplió tu deseo de cantar frente a miles de personas".
Así es esta bella mujer, bella por dentro y por fuera. Hoy tiene 82 años y nos deja como ejemplo, el hecho de nunca tomar en cuenta opiniones desalentadoras que impidan tu crecimiento.
Ella logró bloquear estas malas opiniones del ser que más quería, su madre. Sin embargo, ¿cuántas personas abandonan sus sueños por la opinión negativa del entorno más cercano?
Barbra nunca se hizo una operación estética, jamás se avergonzó de su nariz y qué bueno que nunca pasó por cirugía para intervenir aquel bello perfil. Si lo hubiese hecho, no sería Barbra Streisand.