El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) dará a conocer el próximo martes los datos de la inflación de octubre, y las expectativas apuntan a que esta podría estar por debajo del 3%, tras el 3,5% registrado en septiembre. Este posible descenso llega como un alivio, ya que la inflación interanual sigue por encima del 200%.

Si bien algunos analistas privados, como la consultora Econométrica, estiman una inflación de 2,9% para octubre, en la Ciudad de Buenos Aires se observó una desaceleración en los precios de 0,8 puntos porcentuales, ubicándose en 3,2% mensual. No obstante, las subas en rubros como salud, educación y vestimenta siguen siendo un lastre para el bolsillo de los argentinos.

A pesar de este pequeño respiro, la consultora ICG advierte que los precios de alimentos y bebidas siguen en aumento, con un 2,8% de subida en las últimas semanas, lo que podría neutralizar la tendencia decreciente en otros sectores. Así, lo que parece una desaceleración podría ser un espejismo frente a la persistente presión de los precios básicos.

La duda ahora es si este pequeño respiro será sostenible a largo plazo o si, por el contrario, el país seguirá enfrentando un escenario de alta inflación que afecte a los ingresos reales de la población.