La nueva reconstrucción facial de Tutankamón: un retrato cercano del Faraón niño del Antiguo Egipto
Tutankamón, conocido como el faraón niño, sigue capturando la imaginación de historiadores y arqueólogos. Aunque su reinado fue breve, el misterio en torno a su vida y muerte ha fascinado a generaciones. La reciente reconstrucción facial basada en tomografías computarizadas ofrece una visión sin precedentes del joven faraón.
El descubrimiento de la tumba de Tutankamón en 1922 por el arqueólogo Howard Carter desató un torrente de interés. La tumba, encontrada intacta en el Valle de los Reyes, contenía tesoros y objetos que han alimentado mitos y teorías durante décadas. Sin embargo, la verdadera apariencia de Tutankamón seguía siendo un enigma.
Científicos de Australia, Italia y Brasil han utilizado tecnología de vanguardia para recrear digitalmente el rostro del faraón. Esta reconstrucción, publicada en el Italian Journal of Anatomy and Embryology, incluyó la colaboración del diseñador brasileño Cícero Moraes. Michael Habicht, de la Universidad australiana de Flinders, señala que el interés en Tutankamón va más allá de su tesoro funerario, destacando la importancia de su reinado en la historia egipcia.
Uno de los mayores retos fue acceder al cráneo del faraón. Los investigadores escanearon digitalmente otro cráneo y ajustaron los datos para coincidir con las medidas conocidas de Tutankamón. Este proceso permitió detallar rasgos faciales como el tamaño de los labios, la posición de los ojos y la forma de la nariz.
El resultado es una imagen de un joven con un rostro delicado, en marcado contraste con las grandes responsabilidades que asumió. Este aspecto más humano y cercano añade una nueva dimensión a su figura histórica, sugiriendo una conexión más personal con el faraón.
Los estudios de la momia de Tutankamón han revelado información sobre su salud, incluyendo malformaciones genéticas, malaria y la enfermedad de Köhler. También se ha observado que el volumen cerebral del faraón era excepcionalmente grande en comparación con el promedio humano, un hallazgo que aporta nuevas perspectivas sobre su vida y capacidades.
La reconstrucción digital no solo se centró en la precisión anatómica, sino también en la representación cultural. Se crearon dos versiones de la imagen facial: una en escala de grises y otra coloreada que refleja las modas de la época, como el delineador de ojos característico. Esta atención al detalle cultural proporciona una visión más completa de la apariencia del faraón y el contexto en el que vivió.
La reciente reconstrucción facial de Tutankamón no solo ofrece una visión más realista del faraón, sino que también destaca la fascinación continua por uno de los personajes más icónicos del antiguo Egipto. La tecnología moderna sigue desvelando aspectos intrigantes de su vida y legado, manteniendo vivo el misterio que rodea a este enigmático gobernante.