Macarena, efectivo de la Policía local de Tigre, fue golpeada en la noche del domingo por Jeremías, su pareja. Luego del ataque, la dejó encerrada en la casa donde convivían. Poco después, el hombre se quedó dormido. Dejó a mano su teléfono, que también se lo había quitado.
La joven de 28 años tomó su celular y le escribió a su compañera de la Policía local, Florencia Del Castillo. Le advirtió de problemas con su pareja, sin dar detalles, aseguró que no podría ir el lunes a cumplir con su turno matutino. Macarena, incluso, le dijo a Florencia que no le respondiera ningún mensaje, que iba a borrar todo el chat.
Ya cerca de las 7:30 de la mañana del lunes, Jeremías se fue a comprar gasas y analgésicos a una farmacia para tratar las heridas que le había provocado en el rostro a Macarena. En ese momento, olvidó llevarse el celular que le había sustraído a la joven, por lo que la joven policía pudo volver a contactarse con su amiga Florencia.
Por su oficio, le daba mucha vergüenza y miedo llamar directamente al 911 para hacer la denuncia. Así, le dio a su amiga más detalles sobre la paliza que había recibido y se comunicaba con ella para dejar sentada la localización en la que se encontraba. Temía que Jeremías la matara.
Florencia le preguntó si el hombre la había encerrado, no le respondió. Fue entonces cuando la amiga de la víctima dio aviso a sus compañeros de la comisaría de los Troncos del Talar, en Tigre, y en cuestión de pocos minutos, dos patrulleros acudieron para rescatar a la joven agente y para detener al agresor.
La secuencia fue el tramo final de una historia de manipulación, abusos, maltrato verbal y violencia física que Jeremías ejerció sobre Macarena durante los 9 meses que duró la relación entre ambos. Luego, Macarena lo hizo público.
El martes, la joven policía narró en diversas publicaciones en Instagram los detalles sobre el vínculo que llevaron a este último domingo, donde Jeremías la golpeó en el rostro y en el cuerpo con el puño y con patadas, donde la arrastró de los pelos y donde intentó construir una coartada para que nadie se enterara de la golpiza que le efectuó.
“Esto viene desde hace rato pasándome. Es mucho para mí porque en mi vida pasé por algo así y teniendo esta profesión, ahora entiendo lo que es no poder salir del pozo donde te meten”, escribió la joven en su primer posteo.
“Lo estoy contando porque sé que pude no haberlo contado si seguía (con él) y también lo cuento porque tengo miedo. Si después de esto me pasa algo, ya saben”, detalló en el mismo posteo.
A lo largo de numerosas publicaciones, Macarena enumeró los diferentes actos de violencia que Jeremías ejerció sobre ella durante los 9 meses de la relación. También describió como la familia de él lo protegía y hasta cómo se comunicó con otras mujeres, ex parejas del violento, que también habían sufrido ataques antes de terminar sus vínculos.
“Un día nos peleamos, peleas boludas, sin sentido. Él me decía de la nada ‘no quiero estar más con vos’ y yo no entendía qué hacía mal porque además de laburar no veía más a mis amigas, ya no tenía más contacto. Ese día se transformó: jamás en mi vida vi a alguien así. Cambió de cara, me tiró al piso de las piernas, agarró mi tonfa (bastón policial) y amagó con pegarme hasta que agarró mi correaje (cinturón donde la policía lleva el arma) y me apuntaba, cagándose de risa en mi cara. Le dije que iba a irme, que no me mate y él se me reía. Me dijo que me iba a ir con mi hermana, que tanto la vivía llorando y extrañándola”, escribió Macarena en otro mensaje. Precisamente, esa frase final refería a una hermana de la joven que murió durante 2021.
“Teníamos que tener relaciones cuando él quería. Y no era como siempre que cuando querés a alguien empezás a besarlo o acariciarlo, era como c… con un objeto. Tenía y tiene videos de todas las minas como si fuésemos coleccionables”, escribió.
Después de otros episodios similares, que incluyeron golpes en una pierna con una raqueta de tenis, o una amenaza de apuñalarla con un destornillador, el más violento de los ataques de Jeremías se produjo el domingo por la noche.
“Me hizo consumir cosas y yo levantarme al otro día desnuda sin saber lo que me pasó. Pero ayer fue otra cosa… Así me dejó el ojo, me pegó una piña, me agarró del pelo, me tiró al piso y me pegó con un pote de limpiador de suelo en la cabeza. Casi me desvanecí. No me siguió pegando porque vio con el ojo así”, detalló.
Macarena narró que después de ese ataque, Jeremías empezó a diseñar una estrategia para que nadie viera las secuelas de los golpes. “Me quitó el celular todo el día, me encerró (...) Luego de lo que me hizo me pidió que lo perdone, que invente que me robaron, que de última rompamos el vidrio de mi auto para que piensen que fue un robo o que me robaron en el cajero”, escribió.
Una vez detenido, Jeremías fue enviado a un destacamento policial de la zona, donde hasta el momento permanece encerrado. La causa quedó en manos de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia de Género de Tigre, que imputó al agresor por los delitos de privación ilegítima de la libertad, lesiones y violencia de género. Asimismo, la joven tomó conocimiento de la misma fiscalía que Jeremías ya tenía otras denuncias previas por violencia de género en su contra. Fuente: infobae.com