La violencia sanitaria: un problema latente en la atención médica
La violencia sanitaria, definida como los episodios de agresión hacia profesionales de la salud en el ejercicio de sus funciones, se ha transformado en una problemática persistente y preocupante.
Según FEMEBA, esta violencia, tanto verbal como física, afecta a más del 50% de los médicos en Iberoamérica, con cifras en aumento en los últimos años.
En el reciente Primer Simposio Iberoamericano de Prevención de la Violencia Sanitaria Externa, se destacaron factores clave que perpetúan esta situación: la falta de recursos, el tiempo de espera prolongado y una deficiente comunicación médico-paciente.
Sorprendentemente, un 70% de los médicos afectados ha sufrido más de un episodio violento en el último año, lo que resalta la normalización de un problema que debería alarmarnos.
Además, las encuestas realizadas desde 2016 por FEMEBA evidencian una tendencia preocupante: tras una disminución de los incidentes durante la pandemia, los índices volvieron a aumentar, alcanzando un 44% en 2024.
Este incremento, según los expertos, refleja la falta de políticas preventivas eficaces y de espacios laborales seguros, aspectos básicos para cualquier profesión, pero especialmente críticos en el sector sanitario.
El Simposio no solo permitió compartir estadísticas, sino también reflexionar sobre posibles soluciones. Sin embargo, para que estas iniciativas sean efectivas, es necesario un compromiso institucional y gubernamental que trascienda el diagnóstico del problema.
En un contexto donde los médicos deben enfrentar la violencia como un "riesgo laboral", se pone en juego no solo su bienestar, sino también la calidad del servicio que pueden brindar.
Urge transformar estas cifras en acciones concretas: garantizar la formación en manejo de conflictos, reforzar la seguridad en los centros de salud y construir relaciones más humanas y respetuosas entre pacientes y médicos. Solo así podremos empezar a revertir esta preocupante realidad.