El régimen talibán en Afganistán continúa imponiendo severas restricciones a las mujeres, limitando significativamente su libertad y derechos. La última medida, que prohíbe a las mujeres hablar en público, es la más reciente de una serie de normas que buscan controlar cada aspecto de la vida cotidiana.
El nuevo código de conducta impuesto por los talibanes establece una serie de reglas draconianas que afectan a las mujeres en todos los ámbitos de la vida. Además de la prohibición de hablar en público, las mujeres deben cubrirse completamente y no pueden viajar solas. Estas medidas buscan reducir su visibilidad y relegarlas al ámbito privado.
El ministerio encargado de hacer cumplir estas nuevas leyes tiene un poder prácticamente ilimitado. Con la autoridad de imponer castigos y vigilar la conducta de la población, este organismo ha creado un clima de miedo y represión.
Las restricciones impuestas por los talibanes han generado una fuerte condena a nivel internacional. Organizaciones como la ONU han expresado su preocupación por el impacto negativo de estas medidas en los derechos humanos de las mujeres y niñas afganas.
El futuro de las mujeres en Afganistán se presenta cada vez más sombrío. Las nuevas leyes impuestas por los talibanes representan un retroceso en materia de derechos humanos y ponen en peligro los avances logrados en las últimas décadas.